Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

miércoles, 25 de agosto de 2010

IUS XII

- Soy un cantamañanas, un vividor, remiendo el mal de amores y a veces, cuando estoy inspirado compongo hermosos versos -la larga trenza de Jacobo cae sobre su hombro izquierdo. Él juega con ella mientras se mira en una de las ventanas del palacio del duque. Un ruido tras él le alerta y se vuelve raudo.
- ¡Jacobo! ¿Has escapado del palacio de la reina? ¡Inaudito! -la mujer del pelo canoso, la madre del gran duque Víctor se acerca hasta que Jacobo puede notar su respiración en la nuca.
- Os dije que no os decepcionaría, señora -Jacobo se vuelve, tranquilo -¿Recibisteis mi mensaje?
-Si, si, ¡apresé al monje y al hombre que venía con él.....
-Es el consejero de la reina, Bernardo -Jacobo mira a la mujer con una sonrisa burlona -supongo que eso os traerá problemas -la mujer no contesta -No tuve tiempo de escribir un mensaje más extenso...
-Ahora tendré que explicárselo a mi hijo. Las explicaciones no son buenas, Jacobo, no lo son. Nos colocan en una posición débil -la mujer mira al joven que sigue jugando con su pequeña trenza dorada.
- Eso no es cosa mía, señora. Yo solo soy un vividor y ahora espero mi recompensa. -Jacobo tiende su mano. Su vestimenta está inmaculada, nadie podría decir que ha cabalgado la distancia que separa ambos castillos.
- Lo sé, lo sé. Pero aún no te irás de mi lado. Presiento que puedes ser útil -la mujer se aproxima a Jacobo y extiende sus manos blancas y huesudas. Jacobo trata de dar un paso atrás, pero la mujer posa sus manos con fuerza sobre los hombros del muchacho, como lo haría una bestia con su presa. Ahora es ella quién ríe.
-No, ¡estáis confundida! Yo no puedo serviros de nada ¿que más podría hacer este pobre catamañanas por vos, señora? -el lenguaje de Jacobo hace que la mujer lance una sonora carcajada.
-Es algo que descubriremos juntos, muchacho -la mujer empuja a Jacobo hacia la puerta- te trataré espléndidamente...
-Señora, temo que debo insistir, yo no puedo serviros de ayuda...
-No es eso lo que me ha dicho el hígado del cerdo que acabo de sacrificar -la locura vuelve a poseer la mirada de la mujer; sus arrugas parecen más profundas -las vísceras me susurraron este secreto y ¡siempre les hago caso! -la mujer abre la puerta y empuja fuera a Jacobollevadlo a las mazmorras y traedme al monje! -el grito de Jacobo se pierde en los pasillos del palacio, la mujer se ríe.
Mis pasos resuenan en el suelo blanco del palacio del duque. Casi echo de menos el olor nauseabundo de las mazmorras, el abrazo de Jesús, el trenzador, la presencia incómoda de Bernardo y el miedo de Gonzalo. Los dos soldados que me apresan y me guían abren ante mí una puerta. Entro y ellos se desvanecen tras de mí, entre las sombras del palacio.
-Pasa, monje -la voz de la mujer canosa me vuelve a sorprender. Bernardo me ha dicho que es la madre del duque y que en realidad su hijo no es más que un títere en sus manos. De Jesús se la opinión: es su verdadera torturadora. La causante de su encierro que debe durar años. La observo unos instantes. Se parece a su hijo. Su figura es colosal y en algún momento de su vida debió ser hermosa. Ahora su expresión ausente denota que la locura ha consumido todo atisbo de belleza y bondad- Quiero ahorrarte una conversación demasiado larga.... supongo que la mujer cubierta de símbolos está en poder de la reina -asiento. El silencio invade la estancia y reuno el valor suficiente para hablar.
-Señora ¿dónde está Jesús, el Trenzador? -mi voz parece traerla de una realidad que no es la mía.
-Si..sí, tu amigo,el trenzador ¡poble diablo! Lleva encerrado en esas mazmorras siete años... -no parece percibir mi grito - pero ¡no sabía que hacer con él! -se ríe -debía conservarlo con vida y decidí meterlo allí abajo y luego... con el paso del tiempo.... ¡se me olvidó! -la mujer mira por la ventana poseída por un verdadero ataque de risa. Dios, Dios todopoderoso, he ante mí a una verdadera bruja a una mujer poseída por el espíritu del maligno - Cuando he bajado esta mañana con mi hijo y he escuchado la conversación que manteníais... entonces me he acordado de él -la mujer se acerca a mí y me huele -¿qué es eso, compasión? -me pega una bofetada.
-Si, señora, siento compasión por ti. Pero Dios es misericordioso y si te arrepientes abrirá para ti las puertas del cielo...
-¡Por mí pueden quedarse cerradas! -noto sus labios pegados en mi oreja y un cosquilleo me recorre todo el cuerpo -dios no existe, pequeño e insignificante fraile.
-¡Oh! -mi suspiro no consigue frenar su ataque de locura.
-En su nombre se han cometido asesinatos, violaciones, perversiones que mi propia mente es incapaz de imaginar... y puedo asegurarte que eso es difícil. En su nombre se han arrasado tierras enteras, familias enteras, vidas, ¡vidas, fraile! ¿Crees que me preocupa que me perdonen mi pequeño olvido? No, no... si yo fuese dios estaría preocupado porque me perdonasen mis faltas, pues son infinitas.....-mi cuerpo se arquea, caigo de rodillas -¿vas a rezar? Pues reza, reza fraile. Reza para que perdonen todas las atrocidades cometidas en nombre de dios. ¡Vamos, levanta hombre de dios!
-Qui...quiero, yo...-no sé que decir.Las palabras de la mujer han caído sobre mí con el peso que solo poseen las verdades. Llevo años copiando libros, traduciendo manuscritos, ayudando a conservar las ideas robadas a las civilizaciones que sepultamos en el nombre de Dios. Pero a veces ciertos sacrificios son necesarios. Miro a la mujer, que se ríe.
-Vamos, es necesario que hablemos sobre el asunto de la ley que custodia el hombro de esa mujer -trata de posar su mano en mi hombro, pero me deslizo rápido y no le doy opción.
-¡No me toques! -la miro con miedo .
-Eso, hermano, haz lo mejor que sabéis hacer. Huir de lo que desconocéis y aniquilarlo -me parece observar un suspiro de tristeza, pero debe ser una impresión. Los ojos de la mujer se encienden en ira- ¡Serás los ojos del Trenzador! Eres el más apropiado para describirle los símbolos en el cuerpo de la muchacha.
- ¿Por qué habría de ayudarte? -escupo las palabras con cierta satisfacción.
- Pues porque si no lo haces mataré a todos tus amigos -la mujer ríe -¿a qué no esperabas menos de mí? -su risa me provoca repugnancia, pero ella tiene a Jesús, a Gonzalo y a Bernardo. No puedo permitir que mueran y al fin y al cabo el mensaje oculto en el hombro de Clara no puede contener más que palabras. Tengo ganas de terminar rápido.
-¿Y la muchacha? -mi voz parece coger por sorpresa a la madre del duque.
-No... no había pensado en ella -se dirige a la ventana, abatida -supongo que tendré que negociar con la reina....
A veces creo escuchar el eco de las pisadas de la loba tras mi caballo. La rescaté siendo un cachorro y desde entonces se dedicó a seguirme, como si fuese un perro. No puedo recordar las veces que salvó mi vida, las veces que lamió mis heridas y las veces que me previno de todos los peligros conocidos. Venganza, ¡venganza! mi sangre clama venganza. Enterré el cuerpo aún caliente de mi amiga y cuando apenas acababa de sepultarla esta idea que me ha poseído por completo, comenzó a tomar forma....

No hay comentarios: