Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

sábado, 14 de agosto de 2010

IUS III


Medicina. Un tratado de medicina es lo que estaba copiando justo cuando miré por la ventana y vi a Anselmo con esta mujer, Clara. Y ahora un día más tarde estoy recorriendo el trayecto que nos separa del castillo de la reina junto a mi superior y a una mujer. Y encima montado en un viejo caballo que parece que se va a caer en cualquier momento. Me ha costado mucho mantener el equilibrio, me da la sensación de que voy a resbalar todo el tiempo. Pero Anselmo ha sido estricto, hay que alcanzar el castillo antes de la tercera jornada de viaje. Me vuelvo a mirar a la mujer, Clara, parece que la enfermedad que la aqueja se va desvaneciendo pero aún así, los signos de cansancio en su rostro son evidentes. No puedo evitar mirarla constantemente y a veces me cruzo con ese par de ojos oscuros que me miran de manera penetrante. Los escalofríos me recorren de los pies a la cabeza y la imagen de su hombro inmaculado cubierto de extraños símbolos acude a mi cabeza una y otra vez.

A ninguna lengua que yo conozca pertenecen los símbolos marcados en su piel. No. Debe ser alguna lengua oriental, de eso estoy seguro, me lo revelan los trazos y ciertas formas. ¿Pero cuál¿. Estoy seguro qué con tiempo podría llegar a descifrarlos.. pero Clara no es un manuscrito, no es un papel. Es una mujer, un engendro ideado más por el maligno, que por Dios. Las mujeres son fuente de perdición, de vicio. Mentirosas y manipuladoras, capaces de poseer y dominar las acciones de los hombres. No debo acercarme a ella y por otro lado... no puedo evitar sentir curiosidad.

- ¡Vamos Pablo, oscurece! Pararemos a descansar y continuaremos apenas salga el sol -Anselmo aminora el ritmo de su caballo. Estás más serio de lo normal y desde que presenció la escena de todos los cadáveres de nuestro animales yaciendo en el suelo del patio, evita acercarse a Clara y apenas se dirige a ella. Estamos atravesando un bosque, no nos es complicado buscar un claro y atar a los caballos. Anselmo se ofrece a velar mientras Clara y yo descansamos alumbrados por la tenue hoguera que nos presta calor y nos protege de las bestias. Me duermo con la imagen de los símbolos que cubren el cuerpo de esa mujer. Esa mujer que yace a mi lado.

- ¡Vamos, vamos, dormilones! - una voz estridente hace que mi cuerpo reaccione mucho antes que mi mente. Anselmo y Clara ya están en pie - ¡Vaya, vaya! ¿Qué hay aquí? Tres frailes perdidos en el bosque - Un hombre joven nos contempla con una sonrisa pícara pintada en su cara. Su tez es morena y viste de un modo lujoso y llamativo. Su pelo es corto, rubio y un mechón largo asoma sobre su hombro derecho.

- Dis...disculpa hermano. Soy Anselmo y estos son mis dos acompañantes. Nos dirigimos al castillo de la reina y sinceramente, creo que no estamos perdidos -Anselmo da un paso al frente.

- ¡Oh, ya lo creo! Os estáis equivocando completamente. De esta manera no haréis más que dar vueltas sobre vosotros mismos -el joven comienza a girar sobre sí mismo y se ríe. De repente se para -¿Y tú como te llamas? -me mira.

- Yo soy Pablo -miro a Anselmo apenas he terminado de hablar.

- Bonito nombre ¿y tú? - se vuele a Clara.

- Hermano, nuestro compañero es mudo -Anselmo se adelanta y se interpone entre Clara y el joven - ¿Podrías guiarnos al castillo?

- ¡Ah! ¡Ya lo creo! Pero dejadme presentarme antes -hace una reverencia ridícula- soy Jacobo, trovador ocasional, bardo, cantamañanas, bufón si se presenta el caso, remiendacorazones y sobre todo, inventor - Jacobo se levanta, nos mira con mucha ceremonia y sonríe - bueno y también soy guía. Tengo una extradorinaria capacidad para orientarme en cualquier situación y lugar....¡Estáis en las mejores manos!.

Seguimos cabalgando. A nuestra cabeza va Jacobo, cantando y recitando canciones, riendo y mostrándonos los prodigios de un mundo que hasta ahora ha permanecido oculto a mis ojos. Un mundo que yo solo conocía por los libros. Solo hay un problema, estamos totalmente perdidos. Hoy hace cinco días que salimos del convento.

3 comentarios:

stavros koteas penagos dijo...

Hola querida amiga: vemos que la narración de IUS va cobrando lo que yo llamo "cuerpo". Sigue como por una senda "mágica" que nos va abriendo un mundo misterioso, perfectamente diseñado por tu estilo conciso, directo, magnífico y en absoluto hiperbólico. Una narración exquisita, que se lee con delectación y que "pide más". Bien, por ello mismo, aquí estamos, expectantes (no te aceleres, a pesar de nuestra espera), y... nada, que a ver qué pasa con tu hechizante personaje femenino y ese recorrido medieval que nos retrotrae a "El nombre de la Rosa". Es estupendo que hayas vuelto a darle a la tecla con tanto entusiasmo. ¡Cuánto lo celebramos, junto con el resto de tus amigos! (Esa ventana a un mundo de historias, ese escritor casi eremítico llamado Pablo... ¡ayayai, mira que me identifico eh!) Besos de los dos P. y V. (Fantástica la foto de las "mesas" marcianas)

Juan Vinuesa dijo...

Qué bueno, e intrigrante, sí. Esperamos más´. Un beso, Laura, y ole.

Laura dijo...

Chicos, ¡gracias!!