Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

viernes, 20 de agosto de 2010

IUS IX


- Muy propio de ti -la mujer de pelo rojo, la que nos ha salvado la vida, se dirige a Bernardo con un rencor frío, pero inmenso -meterte por el bosque cuando has podido hacer el camino a cielo abierto...

- ¡Cállate! -Bernardo pierde los nervios, jamás le he visto en este estado. Mientras, me encargo de vendar la herida que Gonzalo tiene en su brazo izquierdo. No estoy seguro de si perderá el brazo, pues la herida es terrible.
- No tengo interés en hablar contigo - la mujer de pelo rojo se acerca y me hace un gesto, no necesito que me hable, me aparto y dejo que observe el estado de Gonzalo - Monje, si de ti dependiera este hombre estaría muerto antes del anochecer. Voy a buscar unas hierbas...

- ¡Hierbas! -el terror de mi propia voz me sorprende y ella deja escapar una carcajada que me resulta vagamente familiar. La mujer de pelo rojo es hermosa, pero está cubierta de señales y cicatrices que le dan un aire demasiado siniestro.

-Hierbas monje, hierbas. Curarán a este hombre; y no, no me importa lo que digas o hagas, bruja no es lo peor que me han llamado -se aleja y miro interrogante a Bernardo, Gonzalo yace en el suelo, seminconsciente.

- Es... una vieja conocida. Una gran guía aunque está loca -Bernardo también se aleja unos metros y me quedo solo.
Creo que me quedo dormido, pues cuando abro los ojos el sol ya se ha puesto. Gonzalo está perfectamente acostado y su brazo está vendado con una maestría que jamás he visto antes. Su respiración parece rítmica y pausada. Bernardo descansa contra el tronco de un árbol, es difícil saber si está despierto o dormido y mis ojos buscan instintivamente a la mujer del pelo color fuego. Tengo que ahogar un respingo al escuchar una risa sinuosa justo en mi cuello. Me vuelvo y ella me sorprende, muy divertida.

-Vamos monje, has descansado suficiente. -El fuego que hay justo delante de mi provoca un pequeño humo que me entra en los ojos, me escuecen y fruto de esta dolencia debo estar sufriendo alucinaciones pues ¡juraría que hay un lobo tumbado a escasos metros de nosotros, observándonos tranquilamente!. -Es mi amiga, mi compañera.... -la mujer ladea la cabeza y se sienta justo delante de mí - y ahora, monje, habla...

-¿Qué? ¿qué hable? -trato de echarme hacia atrás pero un leve gruñido del lobo me persuade -¡por Dios, dile a ese lobo que se quite de ahí!

-Es una loba, monje y no se irá a ningún sitio. -El rostro de la mujer es serio y sus cicatrices le confieren un aire salvaje - llevo siguiéndoos desde que salisteis de palacio. La reina me hizo este encargo. Pensé que sería un viaje aburrido ... pensé que este trabajo obedecía a un capricho de mi... de la reina. Pero lo de hoy ha despertado mi curiosidad, y eso es muy difícil....

- Yo, yo no sabía que nos estabas siguiendo ¿por qué? -miro a la mujer y comprendo que me está evaluando. No debe gustarle demasiado hablar.

-Yo pregunto, tú contestas -la loba gruñe y se levanta. Ahora está sentada, mirándome con cara de pocos amigos -

- Te diré cuanto sé -no me gustan las mujeres, fueron engendradas para la perdición de los hombres, pero he de confesar que esta me produce una mezcla de admiración y temor -Hace unos días, apareció en nuestro monasterio una mujer cubierta de extraños símbolos tatuados en el hombro derecho... -observo y comprendo que ella ya sabe esta parte de la historia - símbolos desconocidos... yo... yo... soy el escribano de mi monasterio y puedo asegurar que pertenecen a alguna clase de lengua oriental.... pero no estoy seguro....No puedo contarte mucho más de la historia yo presencié el incidente por error y por ello estoy metido en este lío -miro a la mujer a los ojos, unos profundos ojos oscuros, como la noche -mi superior me dijo que debíamos conducirla ante la reina y eso hicimos pero... una vez allí puede escuchar como la reina pretendía matarnos y conservar a la chica así que me ofrecí para viajar a las tierras del sur y encontrar a un hombre...

-...capaz de leer los símbolos -la mujer mira al suelo y luego se levanta -no me has dicho nada que no sepa. ¿Sabes algo de la profecía?

- ¡La profecía! -¡alabado sea Dios! esto escapa a mi comprensión. ¡Profecía!.

-No, no sabes nada -la mujer me mira con una mezcla de reproche y tristeza -La reina es gran amante de tradiciones orales y ritos ancestrales -la mujer observa mi cara y esboza una sonrisa- no te preocupes monje, no los practica. Los guarda y custodia. Ella asegura que un visionario predijo que en su reinado aparecería un mensaje no escrito capaz de alterar todo el mundo conocido. Y que este mensaje, esta ley.... tendría forma de mujer...

-¡Tonterías! -me levanto y me enfrento a la mujer de pelo rojo. Me arde todo el cuerpo y me siento invadido por la ira -¡No hay ley superior a la ley divina!

-Ya -la mujer se ríe.

-Dios es infinito y su ley nos alcanza a todos....

-Como su ira, monje, no te olvides de la ira divina -la mujer ríe, y la loba que permanecía sentada se acerca a ella.

-No hay nada por encima de Él -me acerco a la mujer y noto la respiración de la loba en mi mano derecha.- Todo esto son tonterías, locuras, desvaríos traídos de tierras de infieles. Esa mujer debió pasar su niñez en estas tierras y los símbolos no tienen ninguna importancia....

- Entonces hermano, podrás explicarme porqué os seguían por este bosque olvidado, porqué han estado a punto de mataros y porqué, en este mismo instante, estamos siendo vigilados...

No hay comentarios: