Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

lunes, 29 de agosto de 2011

TABLAS

Tablas es el nombre que recibe un final en empate en el juego del ajedrez.



- Aún no entiendo como lo has hecho - tres jugadas después de haber amenazado a mi reina, la he sorprendido y sigo en la batalla. Sus ojos están llenos de rabia y admiración. Me mira tratando de robar mis pensamientos. A veces creo que lo consigue.




- Deberías mostrar más alegría, has conseguido lo que querías: que moviese ficha - apoya su barbilla en la mano y me mira lleno de alegría. El calor de sus ojos consigue transportarme a las noches que compartíamos en el campo de batalla. Jamás he sido tan feliz y me he sentido tan segura como cuando nos refugiábamos en la misma tienda en plena contienda. El lamento de los soldados que agonizaban, los ruidos del fragor de la guerra, el olor de la sangre y el fuego que presagiaba desgracias se diluían cuando pasaba sus brazos por mi hombro. Me sentía a salvo, me sentía fuerte. -Estoy jugando como a ti te gusta - bueno, eso no es del todo cierto. Me encantaría que salvase esa distancia que aún le separa de mí. Sería feliz si por un momento acelerase el transcurso de este destino que nos une. Los dos sabemos que nos pertenecemos, y esta espera no hace sino robarnos nuestros propios instantes.




- Sigues siendo lento -me sonríe con cierta tristeza. Pero no sé cómo explicarle que a veces no sé qué decirle. Me resultaba fácil en la batalla, rodeado de mis soldados, embriagado del aroma del combate... era fácil abrir la entrada de su tienda, abrazarla para darle calor y ánimo y mostrarle todo aquello que yo conocía. Allí era fácil. Pero cuando el conflicto comenzó a amainar, ya no supe cómo hacerlo. Presiento en sus ojos que ella me pertenece. Que es tan mía como yo soy suyo, pero este maldito silencio huérfano del combate, me impide encontrar el camino para llegar a ella. Aunque la tengo frente a mí. A veces comprendo que me alientan sus ojos, su boca, sus risas y sus palabras. Pero luego se calla. -Muy lento. Demasiado lento -sus ojos se han clavado en mí. Pero no los baja como suele hacerlo.




-Quiero disfrutar de esta partida, pues no sé cuándo llegará la siguiente - Sigo mirándole a los ojos, hoy no pienso retirarlos hasta conseguir una respuesta. Tras la caída de la reina compartimos años de una guerra que amenazaba con ser infinita. Pero llegó el fin y con él se desvaneció la esperanza de tenerle cerca. Y cuando creí que iba a perder el juicio, me llegó su primera nota. Me invitaba a jugar una partida de ajedrez, para rememorar viejos tiempos... Hice el camino gustosa y compartí con él aquella noche como si fuese la primera. Pero el alba volvió a rompernos y sentenciarnos a una nueva espera - Ya pronto será de día.




-¡Mueve! -su mano alcanza la mía y la oprime con firmeza. Sus ojos no se separan de los míos y juraría que va a llorar. Jamás la he visto hacerlo. Nunca. Pero juraría que por sus ojos comienzan a derramarse las lágrimas. Y la distancia que me separa de ella parece diluirse por momentos. Tengo ganas de romper esta partida, de tirar el tablero, de atraerla a mis brazos y mantenerla conmigo para siempre. Pero de repente se levanta y se dirige a la ventana. - Ya despunta el día, tenías razón. -Su voz se quiebra. -Hemos vuelto a quedar en tablas.... así que supongo que volveremos a vernos antes de que transcurra un año...




-Esta vez no -me sorprende el sonido de su voz y me giro... y sus labios sentencian sin palabras esta partida que amenazaba con ser infinita.

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