Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

lunes, 23 de julio de 2012

LA DUQUESA

Pues me ha tocado las narices, si señor.
Desde que hago teatro, me han dicho que no debo juzgar a mis personajes. Debo tratar de entenderlos y prestarles un poquito de mí misma para hacerlos creíbles. A cada uno de ellos les doy "alma", les presto vida. Pero nunca los juzgo, aunque me resulte difícil no hacerlo.

Pero que concurras a un certamen de teatro y te digan que eres muy buena, que les has encantado, que has estado a punto de conseguir el premio a la mejor actriz pero que no te lo han dado porque "haces de duquesa" pues te toca profundamente la moral. Una gran parte de tu trabajo al interpretar, consiste en amar a tu personaje, en hacerlo tuyo.... y ¿de qué sirve no juzgarlo cuando los demás lo van a castigar?. No sé, siento como sí se castigase una buena interpretación del personaje... vale, hago de "mala", pero lo que se debe valorar es si lo hago bien, no si el personaje merece o no merecer ser reconocido. Si estamos confundiendo eso, estamos pervirtiendo las reglas desde los cimientos....

Y no señores... no soy duquesa, soy condesa. Condesa de Belflor. Una mujer profundamente sola, sentenciada a guardar las apariencias desde que nace. Sentenciada probablemente a no amar. Una mujer que se enamora sin saber muy bien si ya amaba o si han sido los celos los que la empujan a hacerlo. Y se enamora perdidamente de un hombre.... Diana es caprichosa, impredecible, apasionada y noble. Tiene poder y lo emplea para conseguir lo que quiere. Esa es Diana.

Llevo dos días dándole vueltas a si hubiese preferido o no tener esta información. El hombre del jurado que me lo dijo lo hizo porque "me parece justo que sepas que has estado ahí, a punto". Así que valoro que fue con ánimo positivo. Pero me jode profundamente este "castigo", este contravenir uno de los principios básicos del teatro: no juzgar al personaje.

Estoy orgullosa de mi trabajo. Creo que he conseguido entender a Diana y ofrecerle un pedacito de mí misma. Le he dado voz, alma y vida. La muevo, la hago "volar". Y me basta el aplauso final del público y mi satisfacción personal. Pero mentiría si dijese que estas cosas no escuecen....aunque sea un poquito.

En fin que digo yo: ¿qué importa que se pierda si se puede perder más?.... y paréceme que eso me toca: perder más. Aunque estoy segura, muy segura de que en el fondo con estas cosas uno sale fortalecido.

No hay comentarios: