Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

martes, 3 de julio de 2012

AYNHARA Y EL SECRETO DE LAS ESTRELLAS

Para Aynhara, una preciosa niña que es capaz de hablar con las estrellas.

Hace mucho, mucho tiempo, existió en una tierra llena de misterios y leyendas una preciosa niña llamada Aynhara. Vivía con sus padres en una diminuta cabaña en el centro de un bosque repleto de árboles verdes y campos cuajados de amapolas.


A Aynhara no le gustaban demasiado los animales, pero disfrutaba bañándose en el agua de un lago cuyas aguas siempre estaban limpias.

Aynhara era feliz empapándose del sonido del agua, del correr de la brisa, de las caricias de las flores en su cara, de los besos de los amigos, de las palabras no escritas....su alegría era capaz de vencer cualquier impedimiento y su risa era mágica ...aunque Aynhara no lo sabía.
Al nacer, todos los elementos del mundo (agua, tierra, aire y fuego) le hicieron este regalo: "algún día necesitarás del poder de tu risa" le susurraron al oído... pero claro, Aynhara era un bebé y lo había olvidado, pues ya tenía cinco años.

Un buen día, en esta tierra llena de misterios y leyendas, surgió un grave, un gravísimo problema: todos los ríos, mares, lagos, charcas e incluso las ciénagas y pantanos, se secaron de la noche a la mañana. Y nadie pudo averiguar el motivo.
Ya no corrían libres las aguas por praderas, valles y montañas y poco a poco todo comenzó a secarse... incluida la gente que no podía beber.

Se convocó un consejo al que acudieron representantes de todos los lugares de ese mundo que un día había sido hermoso... pero nadie daba con la solución. Preguntaron a los pájaros que vuelan libres y lo ven todo, a los búhos que observan silenciosos el correr del tiempo, a las tortugas que almacenan en su caparazón mil y un consejos, a los gatos que son capaces de ver lo que sucede en todos los mundos conocidos y por conocer... pero nada. Nadie sabía nada: ni los pájaros, ni los búhos, ni las tortugas, ni los gatos.... y poco a poco el mundo se iba secando sin que nadie pudiese remediarlo.

Aynhara llevaba unos días triste. Muy triste. Ya no podía escuchar el correr del agua, ni bañarse en su lago favorito. La risa ya no le iluminaba el rostro. Sus padres tenían sed pero guardaban el poco agua que quedaba para que Aynhara pudiese beber:
- "No quiero agua" - decía la niña - "mi sonrisa muerta de sed se ha marchado de mi cara ¿para qué quiero beber?" - y observaba muy preocupada como su mamá y su papá se iban poniendo cada vez más grises...

No hay comentarios: