Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

domingo, 3 de enero de 2010

UN TRATO ES UN TRATO


Ella lleva un vestido azul eléctrico. Corto.
Su pelo cae salvaje sobre su espalda y su rostro infantil. Cara blanca, grandes ojos negros. Se ha quitado los zapatos y se mueve ágil por la habitación. Apenas hay luz.

Él acaba de despertar. Sigue un poco atontado. Trata de estirarse, pero está entumecido. Lleva sentado varias horas, dormido.
-Creo que me he quedado dormido ... - trata de llevarse una mano a la cabeza. Es cuando se da cuenta de que está atado. - ¿Qué?
-Shhhhhhh-los labios de ella pronuncian una curva infinita-vas a hacerte daño.
- ¿Qué coño es esto? - él la mira con incredulidad y ella se ríe.
-Creo que has bebido mucho - sigue riéndose. Ahora sí que parece una niña.
- ¿Mucho? Apenas si probé la copa-mira enfadado la copa de vino que está en la mesa. Le faltan un par de sorbos.
-Pues será que no sabes beber-ella se inclina sobre la mesa. Sus brazos delgados y blancos se tensan, como arcos. Se muerde el labio inferior y vuele a reir.
- ¡Desátame! Esto no me gusta - Vuelve a forcejear pero los nudos que aprisionan su brazo derecho contra la espalda son muy fuertes. Los que atan sus piernas contra la silla, imposibles de deshacer. El brazo izquierdo apenas si está sujeto, pero está roto. Él aún no lo sabe. Yace sin fuerza y está sujeto contra la espalda, ese si es fácil de soltar. Pero él no lo hará. No puede.
- ¿No te gusta lo que te he preparado? Llevas siete mese insistiendo en quedar conmigo. -Como una gata sinuosa recorre el trecho que le separa de él. Mueve con delicadeza la mesa y se sienta sobre sus rodillas. El vestido azul eléctrico sube dejando a la vista dos ligas negras e insinuando la blancura de sus muslos.
- ¡Ah, ya entiendo! ¿Te gusta jugar, ¿eh? -él la mira con curiosidad renovada. Acerca su boca al cuello. Ella le concede un minuto y luego se arquea hacia atrás, regalándo a la tenue luz su cuello inmaculado.
-Sí, ¡me encanta! Tu última frase en el Facebook me fascinó, supe de inmediato que jugaríamos juntos. Eres muy valiente -sus ojos negros se abren con ansiedad. Curva una ceja y vuelve a morderse el labio inferior. Él sonríe y se relaja.
-Vale, vale. ¿Pero no crees que sería mejor si me desatas? No vas a arrepentirte, te lo aseguro-el trata de alcanzar la boca roja. Ella humedece sus labios y ríe. Se tapa la boca con una mano.
- ¡No, no, no! Eso arruinaría la sorpresa que te tengo preparada -se levanta. El vestido azul vuelve a ceñirse a su piel. Se separa y vuelve a poner la mesa en su sitio. Él la mira cautivado. Se dirige hacia una estantería comienza y a coger cosas.

Expectación. Llena la mesa de objetos, veloz como el aire.
- ¿Qué es todo esto? - él vuelve a estar nervioso.
- ¿No lo ves?. Cosas del hospital ¿te dije que soy enfermera?. Siempre tengo de esto a mano. No creas que lo utilizo demasiado a menudo, solo cuando encuentro a alguien que quiera jugar conmigo. En este vaso hay una dosis de lo que te dado que antes. El nombre no importa. Pero si prefieres estar inconsciente ... esa es tu decisión, yo ahí no me meto -sonríe y acaricia el borde del vaso con la mano. Se pone sobre la mesa, sentada sobre sus rodillas, con los brazos apoyados.
- ¿Estás loca? ¡Qué coño estas diciendo! - él se retuerce con violencia. Pero sólo en su mente. La droga que le ha dado al principio de la noche lo mantiene aletargado.
-... Y esto es lo más importante. Es un ... bisturí. ¿Todavía no imaginas el juego? -Lanza una carcajada que inunda toda la estancia sepia - y esto. Las llaves. Un trato es un trato.
- ¿Trato? ¿Qué mierda estas diciendo? -él no lo percibe pero las palabras brotan con dificultad de su boca. Ella lo mira. ¿Compasión?. No. Un trato es un trato.
-Tú lo dijiste, no yo. - Se acerca a él, el vestido azul eléctrico baila al compás del aire. Desata su brazo izquierdo, el que está roto y sin dificultad lo coloca sobre la mesa. Él la mira con horror, no Puede mover el brazo.
- ¡Joder! ¿Qué me has hecho? Mi brazo-lo contempla con miedo.
-Bueno, otro pequeño milagro. Forma parte del juego, no quiero que sufras. Estás siendo muy generoso-ella acaricia su mano - ¿Cuál? -Se detiene en los dedos.
- ¿Qué? -La mira con una mezcla de desesperación e incredulidad.
-Acuérdate de tu mensaje en internet: "Cambio dedo por coche" Ella se sienta en la mesa, frente a él, con los pies sobre sus rodillas. Se escucha un gemido.
- ¡Joder tía, dime que esto no va en serio! ¡Joder era una puta broma,! Puse esa estúpida frase para hacerte reír ... yo ... Se me había estropeado el coche y ... ¿A quién se le ocurre tomárselo en serio? -Solloza y emite ruidos imperceptibles. Las palabras ya no se entienden.
-Creo que es mejor que te bebas esto. Cuando despiertes no notarás nada. Prometo ser delicada. ¿Quieres elegir tú el dedo o lo elijo yo? En principio había pensado el pulgar ... pero supongo que el meñique es más prescindible ¿Qué dices? - El aire se invade de sollozos y jadeos - ¿Nada? ¿Lo dejas a mi elección?. Cariño eres un temerario ... quedas con una chica a la que conoces a través de Internet, ofreces un dedo a cambio de un coche y ahora no quieres decidir de cuál prescindir .... -Se ríe como una niña pequeña- Prometo ser buena - acerca el vaso a su boca -bebe, no creo que sea bueno que te resistas .- atragantándose él bebe un par de veces - Buen chico, te dormirás y ... ¡Cuando despiertes tendrás coche nuevo! - aplaude entusiasmada, se baja de la mesa. Antes de que alcance el suelo, él cae inconsciente.
El vestido azul eléctrico baila. Ella sonríe. Sus enormes ojos negros arden en excitación.
Me mira:
- ¡Grábalo todo, amor! - Me guiña un ojo y sonríe.
Y yo grabo, con el visor de la cámara apoyado en mi ojo izquierdo. El único que me queda.

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