Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

viernes, 24 de agosto de 2012

LA HISTORIA DE LILA

Preludio para Lila. Juego libre de creación, acción del destino o el azar ¿quién sabe?

LILA Y LAS MARIPOSAS

Lila tiene la cara cubierta de mariposas.
Su abuela le ha dicho que las mariposas son seres muy frágiles y que apenas viven dos días. Pero Lila tiene la carita llena de mariposas.
Arruga su ceño, a veces llora. Pero las mariposas no se marchan.
Su madre le ha dicho que el viento que sopla por las tardes, se las va a llevar todas. Pero el viento, no sopla para Lila, que tiene la cara llena de mariposas.
Cuando Lila duerme, escucha el susurro de las alas de las mariposas. Le hacen cosquillas. La acarician por dentro, le roen el alma. Y Lila sueña despierta que las mariposas se elevan.
Lila camina, rodeada por las mariposas. Ve y no ve. Mira sin ver. Escucha sin oír. Las mariposas lo absorven todo.
¿Y si se baña en el agua?
Quizás las mariposas se marchen.
Lila reza a un dios en el que no cree. Para que las mariposas apenas vivan dos días.
Pero su padre le ha dicho que son seres curiosos. Derraman larvas que darán a luz mil mariposas. Y Lila suspira con su cabeza llena de mariposas.
Y Lila no quiere soñar, ni que le hagan cosquillas por dentro.

EL CUENTO DE LA NIÑA SIN NOMBRE

Érase una vez una niña sin nombre.
Probablemente lo tuvo en algún momento de su existencia, pero su abuela lo borró de la memoria de todos y la llamó Lila. "Serás Lila, como las flores del campo. Cómo el color de las campanillas".
Y como Lila era muy pequeña, no pudo decidir. "Seré Lila, como el color de las campanillas del prado".
A veces Lila tenía miedo. Vivía en una casa oscura, llena de habitaciones. Y por más que pasaba el tiempo siempre le parecía descubrir una nueva..."en esta habitación conservo las mantas para el invierno". Su abuela siempre aparecía cuando Lila tenía una duda. No la dejaba pensar y evitaba que la imaginación de Lila volase libre.
Cada tarde, la abuela y Lila iban al prado. Era un prado lleno de hierba fresca. Lila llevaba una rebanada de pan de centeno. A veces con jamón, a veces con mantequilla...Lila lo llevaba en la mano y cuando se sentaba y la hierba la envolvía le pegaba el primer mordisco. Ni el miedo de la noche, ni la intranquilidad de la primera luz de la mañana evitaban ese recuerdo de placer que le producía el primer mordisco de su rebanada de pan.
Luego la abuela le contaba historias. Historias raras sobre mariposas y luciérnagas:
"Cuando se escucha el aleteo de una mariposa, hay que estar prevenido. Sus alas baten el aire para llevarse el alma de los que mueren. Siempre que hay mariposas, Lila, ¡ten cuidado! atrapan el alma de los que van a morir.... así es siempre. Luego, por la noche, las luciérnagas les alumbran el camino. Para que no se pierdan. Si no fuese así, las almas quedarían perdidas en las alas de esas mariposas".
Lila escucha, devorando su rebanada de pan de centeno.
Y Lila escucha, tratando de recordar cuál es realmente su nombre.


LILA Y LAS MÁSCARAS DE SEDA

- Luego, los gusanos fabricarán un capullo. De él nacerá una mariposa -la abuela sigue contándole la historia de las mariposas a Lila- ¿Sabes? No debes dejarlas salir de la caja...


Por la mejilla de Lila se derrama una lágrima silenciosa. La imagen de las mariposas asfixiadas la persigue día y noche. Las mariposas se han hecho para volar.

-Apenas vivirían dos dias fuera de esa caja. Su cometido es poner huevos.... y de esos huevos nacerán nuevos gusanos en primavera ¿no te parece un milagro, Lila?

Lila mira a la abuela. Sigue llorando y se encierra solitaria en una habitación oscura. Nadie la entiende. Trata de recordar su nombre, su verdadero nombre... pero el aleteo de una mariposa la distrae. Lila se levanta y se dirige a la caja. Contempla los cinco capullos amarillos pegados a la pared de la caja. Las manitas de Lila se mueven con agilidad. Deshacen el capullo y convierten la seda en hilo. Hilo de mariposa con el que Lila teje máscaras.

-Las mariposas son seres peligrosos. Sus alas rompen el aire para atrapar el alma de aquellos que han de morir....

La voz de su abuela no impide que Lila teja máscaras de seda.

Máscaras que la protejan del miedo.
Máscaras que impidan que la gente pueda herirla.
A su padre no le gusta que Lila llore, eso la hace débil. Pero Lila es fuerte. Igual que las alas de las mariposas, que rompen el aire...


LILA Y LO INEVITABLE

-Es fundamental tener un nombre - el hombre de la bata blanca mira con ternura a Lila - Nuestro nombre nos ubica. Nos define....

Lila no cree en las definiciones. Son como vasos que apresan a las mariposas y las asfixian.

- Si no quieres decirme tu nombre, al menos dime de dónde vienes...

¿Y eso importa? Una lágrima brota humedeciendo la mejilla de Lila. Aún recuerda el aleteo de la mariposa. El ruido ensordecedor de las alas rompiendo el aire, batiéndose en duelo contra el calor sofocante de esa noche de verano.  Lila gritó su nombre, el nombre de niño y deseó con todas sus fuerzas que aquella mariposa se llevase su alma. El alma de aquella mujer sin nombre. Lila gritó el nombre del niño, para luego olvidarlo.

- Perder a una criatura es un trance muy duro... estamos aquí para ayudarte.


Pero no podía olvidar el gemido del niño que se perdió en su memoria. No podía. Segundo tras segundo, Lila escuchaba el lamento de aquella criatura.

-Estas cosas ocurren. Es una desgracia pero ocurren. A veces es un fallo congénito, imprevisible pero inevitable ¿me entiendes?

La inevitabilidad de lo imprevisible rompe los recuerdos de Lila. Su abuela le habla desde un rincón de sus recuerdos: "Las mariposas pondrán huevos que se convertirán en miles de larvas. Larvas que se harán gusanos, gusanos que se convertirán en mariposas. Mariposas que custodian mil vidas, mil almas.".

- No sufrió. El niño no sufrió, puedo asegurártelo -Lila se llena del color blanco de la bata de ese hombre que le habla desde hace horas. El niño no sufrió. Pero Lila sufrió por los dos. -Si me dices tu nombre te prometo que todo será mucho más rápido. Sufres un shock. Es normal. Pero localizaremos a tu familia y podrás marcharte a casa...

Soy Lila, como el color de las campanillas.



SOY LILA, JUEGO ALEGRE DEL DESTINO

Esa mujer introduce sus dedos en la vagina de Lila. Le hace daño. Pero ella no grita. A su padre no le gusta que Lila grite, eso significa que es débil. Y Lila es fuerte. Como las alas de las mariposas.

- Ya ha parido. No hace mucho. Menos de seis meses que esta criatura ha parido -la mujer se parece a su abuela. Llena de arrugas, pelo blanco y corto. Pero no tiene dientes.

- Es joven y guapa. Demasiado delgada, pero a algunos tíos eso les gusta... su cara resulta exótica y su cuerpo...-la otra mujer toca los pechos de Lila. Es muy alta y fuerte. Guapa. Tiene el pelo negro y los ojos verdes. - Y que sea muda le da un punto interesante. ¡Me gusta!

Lila se fue de ese sitio blanco al que la llevaron cuando comenzó el dolor en los riñones. La tumbaron en una camilla y pensó que se le iba a romper el cuerpo. Fue entonces cuando volvió a rodearse de mariposas de colores. Todas sobre su cara. Lila presintió que venían a por ella porque le dolía mucho. Y entonces, oyó llorar a la criatura. Al niño. Y el tiempo se detuvo. Y su alma se llenó de ese sonido y se hizo llanto de vida. Nada le había proporcionado más placer en su vida: ni las rebanadas de centeno, ni la voz de aquel hombre susurrándole al oído, ni cuando lo sintió dentro por primera vez... ´

- ¡Vestidla y llevadla a una habitación...a la roja! -la mujer de ojos verdes la miró y sonrió - que empiece esta noche. Al viejo general le gusta hacérselo con dos... que empiece a trabajar con la negra, así se le hará todo más sencillo. Al cabronazo le gusta follarse a una mientras la otra se toca. Que empiece con ella y que la negra le siga el juego.

Lila ya había huído otra vez. Cuando su abuela vio que le crecía la barriga, quiso arrancarle a la criatura...pero Lila no la dejó. Ya le había puesto un nombre, no permitiría que le arañase otro pedazo de su vida. Huyó, huyó lejos. Pasó miedo y sintió el hambre. Pero todo se desvaneció cuando escuchó el llanto de esa criatura...

- La llamaremos Lila...al fin  y al cabo es el nombre que lleva en la pulsera ¿no?. Me gusta. Me gusta Lila. Le da un toque diferente -la mujer de los ojos verdes se va-.

Pero todo se rompió cuando dejó de escucharlo. Entonces supo que aquella mariposa enorme no venía a por ella. Venía a por él. A por el niño. A por su niño. Un niño al que ella le había dado nombre. Ese nombre que gritó para luego olvidarlo, para que se perdiese dentro de su memoria. Y se fue de aquel lugar blanco para que no le doliese tanto la ausencia del niño. Se fue. Se fue. Se fue...

Y ahora vuelve a ser Lila. Un juego libre del azar. Una broma del destino.

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