Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

martes, 11 de agosto de 2009

Armarios


Los hay de todos los tamaños, formas y materiales.
Pero lo interesante es su función: un armario sirve para meter cosas de forma más o menos ordenada. A veces, en muchas ocasiones, por qué no decirlo, sirven para ocultar aquello que no queremos que se vea. El armario ha acudido a nuestra ayuda fagocitando ropa, cachivaches y demás artillería ante una visita imprevista.
En no pocas películas un armario servía para ocultar al bueno o al malo, pero siempre los ávidos espectadores sabíamos que dentro había algo (¡seguro que está dentro del armario!); y aún así hemos dado un bote acrecentando su ya amplia fama en el mundo del celuloide.
En otras ocasiones, el armario sirve de puerta a mundos imaginarios. En estos momentos el armario adquiere su dimensión más poética pues representa esa parte de nuestra mente capaz de crear sin límites, de imaginar sin cortapisas pero como no podría ser de otra manera, la lógica hace su aparición cerrando este mundo indómito y salvaje con un par de puertas, las puertas de un armario.
Y a veces, una quisiera que los armarios careciesen de puertas para poder observar la revolución del desorden, los secretos ocultos (que no tienen porqué ser malos) y todos los mundos fantásticos que el ser humano es capaz de crear.

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