Y entonces, por la rendija de la puerta, vi colarse esa pálida luz.
Esa minúscula luz preludio de un nuevo día. Se coló, rasgando la oscuridad que me rodeaba.
La luz me tomó desprevenida hiriendo mis ojos que vivían en tinieblas.
Esa luz, esa luz extraña se coló en mis entrañas, susurrándome un secreto que yo no conocía.
Me devolvió una por una todas las esperanzas que habían huído y tomó mi mano temblorosa.
Esa luz ordenó que me levantara con el imperio de una razón clara.
Y yo presurosa corrí a su encuentro.
Al encuentro de esa luz que se coló por la rendija de mi puerta.
Diferencias.
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Mientras aquí en nuestro país, un cantante se empeña en destrozar su imagen
y dañar su legado con síntomas más que evidentes de desequilibrio mental;
otro,...
Hace 3 años
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