Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

viernes, 5 de febrero de 2010

Aljibe del Trillo


Montefrío surge en el horizonte sin que los ojos lo esperen. La montaña sobre la que yace lo que queda de su célebre castillo, está inclinada, como si la edificación fuese a caer derramándose por el lado opuesto. El castillo fue planificado por el mismo ingenio que diseñó la Alhambra y se convirtió en una fortaleza inexpugnable hasta que los cristianos lograron reducirla y convertirla en recinto para alojar una de sus iglesias.

-Hace frío –la voz de Civantos rompe la quietud instalada en las murallas. Camina mirando al suelo. Otro sábado más paseando por entre estas ruinas. Se mesa la barba y mira con una media sonrisa a sus compañeros.

-Joder yo estoy helada – Emma lo mira con el ceño fruncido. Su figura es colosal al igual que su enfado. Se pone en jarras y me produce un escalofrío. Sus manos rozan mi piel. Me gusta.

-Y yo … ¿Qué hago? – el chico nuevo mira a los otros dos. Se mete las manos en los bolsillos invitado por un viento que corta la respiración.

-Siéntate a tomarte tu zumito y tu bocata, guapo – Emma le mira con rabia. Solo mi alma pétrea puede atravesar ese frío que proyecta para que no le hagan daño.

-Vamos, no te pases. Ven David –Civantos le hace un gesto al chico nuevo. El chico se acerca evitando en su trayectoria a Emma. – Estamos en el interior de la fortaleza, echa un vistazo a las murallas. Luego bajaremos por la ladera, a ver que encontramos.

-No – el no rotundo de Emma me confunde. ¿Se imaginará lo que tengo proyectado?. Observo sus ojos verdes y rasgados, su cara morena, su pelo corto y levemente ondulado. Hoy lo lleva de un tono extraño, un tono ajeno a los elementos naturales.

-¿Qué? – Civantos se vuelve a ella. Apenas le llega a los hombros pero siempre la tranquiliza. – Vamos, aquí ya no hay nada que hacer. En la ladera nos espera mucho trabajo. Además, está el aljibe.

-Joder tío, mira el frío que hace. Nos vamos a congelar. Podemos esperar a que haga un poco más de calor, el puto aljibe no se va a mover de allí – Emma lo mira y me pega una patada. Apenas la siento pero el miedo a que no baje la ladera me embarga. Amor no seas testaruda. Antes o después tenía que llegar este día …

-Si queréis puedo bajar yo –la voz del nuevo interrumpe mis cavilaciones. No, ese no es mi plan. Su cuerpo largo y nervudo se afana en convertirse en un inconveniente.

-No me hagas reír ¿tú solo? – Se prende en ella esa mirada que conozco tan bien. Esa mirada de determinación infinita que ha cautivado mi alma. – Vamos, Civi si hay que bajar que sea ahora. –Inicia el descenso de la muralla y sus pisadas encienden esa pasión que me atormenta y me deleita. ¡Qué cerca estás, amor y tú no lo sabes!

-Vamos David – Civantos se hace acompañar del nuevo. Ojalá las cosas hubiesen sido diferentes, ojalá hubiese bajado ella sola pero esta locura que me desordena tiene un precio. – Lo primero será llegar al aljibe. Es grande, debía abastecer de agua a toda la población extramuros. Está muy bien conservado. Estos ojos que todo lo ven observan con impaciencia como se dirigen al aljibe. Ella va delante, sin prestar atención a sus compañeros. Parece que está impaciente por encontrarse conmigo.- Emma lo llama el Aljibe del Trillo. Vivió una temporada en esa calle.

-¿Es eso? – la voz del chico nuevo rompe la magia de esa visión. Emma recorriendo ágil el espacio que nos separa.

-No, que va, es una nave espacial. Joder tío, ¿nunca has visto un aljibe? –apoya su espalda contra las piedras del aljibe. Aún no es consciente de lo que su cuerpo me excita más aún cuando está tan cerca.

-Estamos hoy de mal humor ¿eh? Venga, dale un poco de tregua, no te ha hecho nada –Civantos la mira con sus ojos oscuros. Descifro el deseo que arde en ellos y una punzada de celos me corroe. Pero no ha de durar mucho tiempo. Dentro de poco ella será mía.

-Lo siento, estoy de mala hostia. Es este sitio, me pone nerviosa – ya, amor, eso es lógico. Estás nerviosa pero te aseguro que a mi lado tu alma recobrará las alas. Ya no necesitarás esa máscara de ira que te protege del mundo. Estarás a salvo. Yo te protegeré – Desde hace unos días es como si … si alguien nos observara.


-¿Otra vez con tus paranoias? Venga estamos solos, tú, yo y David – y yo, no te olvides de mi. Ella me siente, su alma me nota. La dicha me embarga y la impaciencia me hace temblar.

-¿Qué ha sido eso? –el chico nuevo tiembla bajo el poder de mis deseos.

-No te preocupes, es normal. En esta zona hay muchos temblores y además es la época. ¿Entramos? – Civantos esboza una sonrisa y busca mi boca, la entrada a mi alma.

-¿Qué? ¿Estás loco? No lo dices en serio – Emma se pone nerviosa. La risa de él confirma sus sospechas - ¿Quieres que entremos en el aljibe? NI hablar. –No amor, no me hagas eso. No te resistas.

-¿Dentro del aljibe? – el nuevo levanta la vista, su voz tiembla.

-Vamos, con esta sequía es prácticamente imposible que tenga agua. Lo tengo comprobado. De todas formas lo volveré a hacer. Tenemos linternas y desde dentro observaremos mejor el recubrimiento de las paredes. Es nuestro trabajo – Bien, Civantos se llena de razón e hincha mis esperanzas.

-No – Emma se sienta en el suelo y apoya sus pies en mí. Noto su incertidumbre. No te resistas, amor, tarde o temprano serás mía. Lo he decidido.

-Vamos, no seas miedica. Además fuiste tú quién lo bautizaste. – Civantos se agacha y la acaricia. Su gesto me llena de ira, pero me contengo. Sus caricias son tan efímeras como su tiempo. Yo soy eterno.

-Ni loca -¡ay amor! A veces me asusta lo que provocas en mí.

-Está bien, quédate fuera. Entraremos David y yo ¡vamos! – apenas tengo tiempo de prepararme. No tenía previsto recibir a nadie más, pero estos son los inconvenientes de mis deseos. Y los asumo con placer. Recibo a Civantos en mis entrañas mientras su último grito alienta a su compañero – Venga David, voy a encender la linterna. – El nuevo salta dentro de mí sin que apenas lo perciba.

-¿Estáis bien? – Emma apoya sus manos perfectas en mis labios fríos. El calor de su presencia me enciende. – ¿Civi? – Arquea su cuerpo ágil en el interior de mis fauces y la oscuridad de mis pensamientos la envuelve. El eco de sus propias palabras me parece hermoso, pero ella se impacienta – Sois unos gilipollas. No tiene gracia. –Su miedo prende en mi interior la necesidad de poseerla. –Se sienta a horcajadas en mí y juraría que se siente vencida.
Un ruido imperceptible la convence. Salta en mi interior, penetrándome con toda la fuerza que contiene su alma. Ya eres mía, mi amor. Mía para siempre.

IDEAL DE GRANADA 7 de marzo de 2010
Continúa la búsqueda de los tres estudiantes de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada que el pasado viernes día 5 de marzo realizaban un trabajo de prospección arqueológica en el castillo de Montefrío.

4 comentarios:

stavros koteas penagos dijo...

¡Qué hermosa palabra: aljibe! Yo, hace años también escribí una poesía o era un relato (ahora no me acuerdo) dedicado a mi Huelva y a los aljibes de un pueblecito "Almonaster la Real", en la sierra, muy cerca de Jabugo, huuuum, donde nos hicimos película junto a unos alibes árabes que se conservan en una pequeña mezquita. Todo un descubrimiento, fíjate querida Laura, que esa mezquita de Almonaster la Real es la 2ª mejor conservada de toda Andalucía. Está dentro de una iglesia y para poder visitarla hay que pedirlo con varios días de anticiopación al Ayuntamiento para que los turistas no se paseen por allí y la destrocen con pintaditas (o sea graffitis y otras barbaridades). Te encantaría. El relato es magnífico, lleno de entrañable encanto, ese que tú sabes conceder a todo lo que escribes. Me alucinó saber que eras pucelana. Yo adoro Valladolid y la riqueza de su idioma castellano. En un viaje que hicimos a Egipto conocimos a un matrimonio de Valladolid que era vecino, ¡fíjate!, nada menos que de Don Miguel Delibes, uno de mis escritores "fetiche" "El camino" creo que me lo he leído 100 veces. Bueno cariño, espero la 2ª parte. Y mil besotes de los 2, Pablo-stavros,tassilon, jejeje, y Victoria. La semana póxima hacemos una escapadita a Estambul. Hasta pronto.

stavros koteas penagos dijo...

Lamento mucho lo de los 3 estudiantes que se han perdido en Montefrío. Espero que aparezcan pronto sanos y salvos, Me mantendré a la espera de tus noticias (se me olvidó en el comentario anterior) Pablo

stavros koteas penagos dijo...

Oye, que estoy medio dormido, y, jejeje, por un momento no me di cuenta que lo de los 3 estudiantes formaban parte del Relato. Casi me creí que era cierto, hasta que he visto la fecha. Me ha recordado lo de la película de Blair Witch Project, jaja ¡qué bueno!. Ufff, me voy a dormir que no doy pie con bola. Además, el lunes, a volar hacia Estambul. Besotes. Pablo

Laura dijo...

Lo primero ¡qué suerte! Estambul... me das envidia, pero sana, que conste. Esperaré tu regreso y seguro que alguna maravillosa historia tejida con aires exóticos.
Como siempre ¡muchas gracias! Es una verdadera suerte contar con amigos como tú.
Y en cuanto tenga un respiro iré a conocer la mezquita de Almonaster (me has puesto los dientes largos).
Un beso muy, muy fuerte para ti y para Vy y que disfrutes de tu viaje (me acordaré de ti).