
Cuando vemos o nos acordamos de la famosa película de Elia Kazan, lo hacemos desde la postura de quién "ya ha superado ese problema".
Qué lejos nos parecen los muelles, las situaciones de opresión, la injusticia, que felices nos sentimos pensando que hoy en día no nos vemos sometidos a la dictadura del silencio impuesto.
Pero en el fondo y salvando las distancias, si nos paramos a pensar ¿no vivimos contenidos por la ley del silencio?. ¿No seguimos sometidos a ella?. Probablemente hayan variado las circunstancias y las razones que nos someten a ella, pero seguimos arrodillándonos, formando parte de realidades injustas, sin salirnos ni un milímetro del lugar que se nos señala.
Y a fuerza de vivir de esta manera, ya no nos adorna una mirada triste, como de animal enjaulado, más bien nuestras miradas han perdido toda expresión, todo sentimiento, pues por regla general somos incapaces de sentir el más mínimo remordimiento ante las situaciones injustas.
Alienados bajo esa ley sorda y muda. Sometidos al régimen dictatorial de nuestras propias ambiciones.
Qué lejos nos parecen los muelles, las situaciones de opresión, la injusticia, que felices nos sentimos pensando que hoy en día no nos vemos sometidos a la dictadura del silencio impuesto.
Pero en el fondo y salvando las distancias, si nos paramos a pensar ¿no vivimos contenidos por la ley del silencio?. ¿No seguimos sometidos a ella?. Probablemente hayan variado las circunstancias y las razones que nos someten a ella, pero seguimos arrodillándonos, formando parte de realidades injustas, sin salirnos ni un milímetro del lugar que se nos señala.
Y a fuerza de vivir de esta manera, ya no nos adorna una mirada triste, como de animal enjaulado, más bien nuestras miradas han perdido toda expresión, todo sentimiento, pues por regla general somos incapaces de sentir el más mínimo remordimiento ante las situaciones injustas.
Alienados bajo esa ley sorda y muda. Sometidos al régimen dictatorial de nuestras propias ambiciones.
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