Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

jueves, 22 de septiembre de 2011

HERMAN HESSE Y EL DESTINO

Desde hace 11 años, creo fervientemente en el destino.
Hoy, por tercera vez en poco tiempo, alguien me ha hablado de Hesse.
Ayer, un grupo de locos/as a los que nos gusta el teatro en verso, hemos decidido montar "El Perro del Hortelano". Sin prisa pero sin pausa. Llevo dos años soñado con la obra, con las escenas, el vestuario, los trajes... increíble pensar que iba a hacerla a corto plazo. Inimaginable.
En algún momento sé que la disfrutaré.
Pero hoy tengo miedo. El cambio que presentía se acerca. Y tengo miedo. Aunque estoy dispuesta a luchar, como siempre.


lunes, 19 de septiembre de 2011

VALIENTE

Decir la verdad a tus hijos. Llorar. Hacer buenas cosas en la vida. Lenvantarte. Mostrarte sabiendo que puedes no gustar. Preguntar. Tener metas y cumplirlas. Amar lo que deseas. Desear. Preferir siempre la verdad antes que la mentira, aunque sea piadosa. Llamar. Exponer tus ideas. Quererte. Desnudar tus sentimientos. Sonreír. Creer en ti mismo. Soñar. Luchar por tus ideas. Vencer tus miedos. Romper las cadenas; tus cadenas. Perdonar. Pedir perdón. Aprender. Empeñarte en ser feliz. Atreverse a atreverse. Amar.
En el fondo todos somos valientes... pero a veces lo olvidamos.

domingo, 18 de septiembre de 2011

EN EL PARAISO

Dice un buen amigo mío que le paraiso es aquel lugar en el que te sientes libre, feliz, seguro. Hace algunos meses escribí "De vuelta a casa", hoy ha venido a mi memoria. Y es curioso porque no estando mal, sigo sintiendo esas ganas de volver a mi tierra. Siempre que la visito me ocurre y quizá por eso no voy demasiado a menudo, para no sentir esta sensación de que regreso a un lugar que no es el mío. Para no sentir que estoy lejos de mi tierra.
También echo de menos los campos gallegos llenos de flores (creo que mi abuela las llamaba campanillas). El frío, el cielo nublado, el olor a humedad, el verde, el sonido de la lluvia...
Será porque presiento un cambio o porque llevo varios días haciendo teatro en verso, teatro que me recuerda a esos corrales castellanos. Será porque llevo meses tratando de peregrinar a Santiago y más que eso, de andar por los campos gallegos, de volver a sentir la humedad en mi cuerpo. Será porque a veces me canso de escuchar eso de: "tú no eres de aquí" y más aún de sentirlo. Será por todo eso que siento nostalgia de mi tierra (morriña en galego).
O simplemente porque hoy, leyendo la reflexión de mi amigo he comprendido perfectamente el paraíso que él describe: un lugar en el que te sientas libre, feliz, seguro. Y yo me siento así en mi tierra. En mi casa.

De vuelta a casa: "Nunca un cielo ha vuelto a ser tan azul y tan infinito como el de aquella tarde. Nunca. Recorro con placer ese recuerdo del instante en que me sentí en casa. Y fue una tarde de verano, tumbada boca arriba, mirando el cielo azul lleno de nubes blancas que se convertían ágiles en miles de objetos. Una flor, una luna, un conejo, un pájaro... ese cielo me hizo sentir en casa. Me sentí el ser más pequeño de este mundo acunada por la risa de los campos de trigo que me observaban divertidos. Y también me sentí poderosa, porque me sentí segura.

Mi memoria me devuelve ese momento entre los trigales, tumbada sobre el suelo castellano, mirando un cielo azul infinito, acariciada por los rayos de un sol que nunca me hizo daño. Es curioso, porque el sol de aquí siempre me abrasa. Debía tener seis años o quizás menos, pero me sentí en mi casa. Reina de un mundo lleno de nubes que me mostraban que nada dura siempre y que los cambios son transformaciones, nunca finales.

Llevo unas tres semanas con una idea instalada en mi cabeza. Surgió de repente en mi
tad de un ataque de pánico brutal. Mi cabeza estaba bloqueada, no podía pensar. Me sentía mal... y de repente recordé ese enorme cielo azul, las nubes transcurriendo silenciosas, el sol bañando ese silencio... y también los brazos de mi abuela, generosos, recibiéndome como si fuesen parte de esa tierra a la cual pertenezco.

Tras unos minutos en los que solo deseaba cruzar medio país y alcanzar mi tierra, acudió a mi la calma. Pero ahora, no consigo quitarme de la cabeza ese sentimiento de seguridad que me invade cada vez que piso en mi memoria el suelo que me vio nacer.

No creo en dios, pero si creo en el destino. O quizás en las casualidades. Pero hay momentos
en tu vida en que se unen varias circunstancias que te ayudan a tomar decisiones. Decisiones que transforman tu vida, como se transforma una nube en luna y luego en conejo. Decisiones que implican la pérdida de lo que dejamos y la victoria de nuestra propia libertad. Decisiones que son un cambio, nunca un final.

Quiero sentir que pertenezco a algún lugar y que ese lugar me pertenece. Abrir las puertas y sentir que me invade un olor conocido. Escuchar una voz que me haga sentir segura. Quiero que mi abuela me cuente todas las historias que he olvidado. Mirar desde el corral la ventana del sobrao en el que se hacían los quesos. Invadirme de los sonidos de la madrugada y que el amanecer me recuerde que en verano existen lugares en los que se duerme con manta. Quiero contemplar los nidos de cigüeñas sobre los campanarios.

Quiero volver a ese lugar en el que soy la reina de un país de nubes.
Ahora más que nunca quiero volver a mi casa. "

viernes, 16 de septiembre de 2011

DIEZ PELÍCULAS IMPRESCINDIBLES

El próximo miércoles, retomo mi espacio dedicado al cine y teatro en Radio Albolote. Para inaugurar esta nueva temporada, he preparado una lista con diez títulos imprescindibles. Hay un poco de todo: comedia, ficción, intriga, drama... y me he basado en diferentes fuentes, tratando de integrar criterios y propuestas. No obstante y como siempre, ¡cualquier sugerencia será bien recibida!.

1. LA VIDA DE BRIAN (Comedia):
Rodada en el año 1979 y dirigida por Terry Jones, es una comedia extremadamente divertida. En ella se narran las aventuras de Briant, un hombre que nace en Judea, prácticamente, al mismo tiempo que Jesucristo, la diferencia es que Brian es un desastre total. Esta escena es una de mis preferidas:


2. LA LISTA DE SCHINDLER (Drama):
Es una película biográfica de 1993 dirigida por Steven Spielberg que cuenta la historia de Oskar Schindler, un empresario alemán que salvó la vida de un millar de judíos polacos durante el Holocausto. Está basada en la novela El arca de Schindler (Schindler's Ark), escrita por Thomas Keneally. Fue protagonizada por Liam Neeson. En su haber figuran muchos premios, entre ellos siete oscars. Confieso que no pude terminar de verla.


3. LA VENTANA INDISCRETA (Suspense):
Dirigida en 1954 por Alfred Hitchcock, protagonizada por James Stewart, Grace Kelly, Wendell Corey, Raymond Burr y Thelma Ritter y basada en el cuento It had to be murder (1942) de William Irish. Desde 1997 la película se encuentra en el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos por ser considerada cultural, histórica o estéticamente significativa. Una situación sencilla genera un argumento muy rico desde el punto de vista cinematográfico: un fotógrafo L. B. Jefferies (James Stewart) tiene la pierna enyesada debido a un accidente y empieza a sospechar del comportamiento de su vecino de enfrente (Raymond Burr), al cual espía mediante unos binoculares y una cámara de fotos... Uno de mis directores favoritos: Hitchcock. Todas sus películas consiguen engancharme y mantenerme en tensión.


4. LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ (Épica):
Película de 1939. Es la adaptación de la popularísima novela, auténtico best-seller, de Margaret Mitchell. El productor David O. Selznick, puso todos los medios para lograr una gran epopeya, cruzada por los amores y pasiones intensas de sus protagonistas. Ante él desfilaron directores como George Cukor, Victor Fleming y Sam Wood, con los que mantuvo diferencias: sería Fleming, que acababa de entregar El mago de Oz, el que dirigiría la mayor parte del metraje.
Entre las grandiosas escenas, rodadas en el alba de un maravilloso technicolor, destacaba el incendio de Atlanta, y el campo después de la batalla, con un precioso plano que empezaba mostrando a decenas de miles de figurantes, combatientes sureños tocados por la derrota, para terminar mostrando la bandera de un Sur condenado a dejar de existir tal y como es en esos momentos. Ganó diez Oscar. Un clásico que hay que ver a pesar de durar 224 minutos. Yo suelo verla una vez al año. La escena del beso entre los dos protagonistas es mítica y una de las mejores declaraciones de amor de la historia del cine.

5. LA CHAQUETA METÁLICA (Bélica):
La chaqueta metálica (Full Metal Jacket), de 1987, dirigida por Stanley Kubrick y basada en el libro de Gustav Hasford, The Short-Timers. La película tiene dos partes claramente diferenciadas: la preparación de los soldados en la base de Marines de Parris Island en Carolina del Sur, Estados Unidos y la guerra en sí, ubicada en la ciudad vietnamita de Huế. Durante el rodaje Kubrick rescribía el guion sobre la marcha, modificando las escenas originales. La película se rodó entre 1985 y 1986 en Inglaterra.


6. CASABLANCA (Romántica):
Casablanca es una película estadounidense de 1942 dirigida por Michael Curtiz. Está basada en la obra teatral Everybody comes to Rick’s (‘todos vienen al café de Rick’) de Murray Burnett y Joan Alison. El desarrollo de la película se centra en el conflicto de Rick entre el amor y la virtud: Rick deberá escoger entre su amada Ilsa o hacer lo correcto. Su dilema es si ayudarla o no a escapar de Casablanca junto a su esposo, uno de los líderes de la resistencia, para que éste pueda continuar su lucha contra los nazis. La crítica ha alabado las actuaciones carismáticas de Bogart y Bergman y la química entre ellos, así como la profundidad de las caracterizaciones, la intensidad de la dirección, el ingenio del guion y el impacto emocional de la obra en su conjunto. Una buena propuesta para una velada romántica.


7. EL EXORCISTA (Terror):
Película norteamericana de 1973 dirigida por el realizador William Friedkin. Trabajó sobre el guión elaborado por William Peter Blatty basado en la novela homónima del propio Blatty, publicada en 1972 y que solo en Estados Unidos llegó a vender cerca de trece millones de ejemplares. La cinta relata los fatídicos hechos de la posesión diabólica de Regan MacNeill, una niña de doce años, y todos los exorcismos a los que más tarde fue sometida. Su estreno en la década del 70 provocó una abrumadora aceptación por parte del público y también de la crítica, que terminaron considerándola como una de las mejores películas en la historia de su género. Fue nominada a diez premios Oscar, incluyendo Mejor Película, de los cuales logró llevarse finalmente dos. Recuerdo la primera vez que la "espié" mientras mi madre la veía en la tele... aún hoy me provoca auténtico pánico.


7. EL CASO BOURNE (Acción):
The Bourne Identity es una película del año 2002, dirigido por Doug Liman y protagonizado por Matt Damon y Franka Potente. Es la primera entrega de una saga de tres películas basadas en las novelas del escritor Robert Ludlum, también productor ejecutivo de la película, que murió antes del estreno de la película, en marzo de 2001. Cuenta la historia de un hombre herido rescatado por un barco pesquero y en cuya enfermería le curan. Sufre amnesia y empieza a tratar de reconstruir su memoria sobre la base de indicios, como la cuenta bancaria en Suiza, el número de la cual es hallado en un implante en su propia cadera. Pronto se da cuenta de que está siendo perseguido, y huye con Marie en una búsqueda para descubrir quién es. La saga está bastante lograda y consigue su objetivo: entretener. Acción de principio a fin.


8. EL SEÑOR DE LOS ANILLOS (Fantasía):
La trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos, basada en la novela titulada El Señor de los Anillos del escritor británico J. R. R. Tolkien, comprende tres películas épicas de fantasía, acción y aventuras: El Señor de los Anillos: la Comunidad del Anillo (2001), El Señor de los Anillos: las dos torres (2002) y El Señor de los Anillos: el retorno del Rey (2003). Considerado como una de las mayores gestas cinematográficas nunca acometidas, el proyecto completo llevó ocho años, con la filmación de las tres películas simultáneamente y rodadas enteramente en la tierra natal de Jackson, Nueva Zelanda. Las tres películas siguen las aventuras del joven hobbit Frodo Bolsón y sus compañeros en su misión de destruir el Anillo Único y asegurar así la aniquilación del Señor Oscuro, Sauron. La trilogía tuvo un gran éxito de taquilla, llegando las tres películas a los puestos 24º, 16º y 4º de las más taquilleras de la historia. También fueron aclamadas por la crítica, llegando a ganar 17 premios Óscar en total, así como amplias alabanzas para el reparto y a las innovaciones en lo referente a efectos especiales digitales.
Cuando me enteré de la elección de Viggo Mortensen como Aragorn, tuve mis dudas. Pero me encantó. Y por el contrario el personaje de Frodo (gran protagonista de la historia) creo que no transmite la esencia que se percibe en el libro. Una trigología muy recomendable para ver del tirón (sigo buscando a alguién que acepte el reto!!).


9. CANTANDO BAJO LA LLUVIA (Musical):
Cantando bajo la lluvia es una película musical de Hollywood, estrenada en 1952. Hecha siguiendo los esquemas clásicos de la Metro, tiene su inspiración en toda la serie de Melodías de Broadway que se fueron realizando en Hollywood en los 30 y 40, coincidiendo con la aparición del cine sonoro. La película fue un gran éxito gracias a sus escenas de baile, en especial la de Gene Kelly bajo la lluvia, cuando canta la canción que da título al filme. Una película preciosa sobre todo ahora que se acerca el otoño.

10. EXCALIBUR:
Esta es una de mis películas preferidas. Está basada en la obra de Thomas Malory sobre la leyenda del Rey Arturo. Me encanta verla por cómo se recrean las circunstancias y las situaciones y por el excelente tratamiento del dilema moral-amoroso entre Ginebra, su esposo Arturo y Sir Lancelot. El amor predestinado, la lucha entre lo inevitable y lo debido se conjugan alumbrando escenas de gran elegancia y peso dramático. Increíble e personaje de Nicol Williamson (Merlín.
Es una coproducción de Estados Unidos y el Reino Unido de 1981. Fue dirigida por John Boorman, está protagonizada por Nigel Terry (Rey Arturo), Helen Mirren (Morgana), Nicol Williamson (Merlín) y Nicholas Clay (Lancelot), entre otros. La música es del compositor Trevor Jones, quien además toma algunos pasajes de la obra Carmina Burana, de Carl Orff; y también de obras wagnerianas como el Anillo de los Nibelungos, Tristán e Isolda, Parsifal y El ocaso de los dioses (Marcha fúnebre de Sigfrido). Además, la fotografía de Alex Thomson le valió una nominación a los Oscar.
La película fue rodada casi íntegramente en Irlanda.


11. EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES: ("Soy grande, son las películas las que me han hecho pequeña")
Sunset Boulevard es una película estadounidense de cine negro estrenada en 1950 y dirigida por Billy Wilder, quien fue también coautor del guion. Su título original proviene de la célebre avenida que atraviesa Los Ángeles y Beverly Hills. La película narra la historia de una antigua estrella del cine mudo, Norma Desmond (interpretada por Gloria Swanson), quien, incapaz de aceptar que sus días de gloria pasaron, sueña con un retorno triunfante a la gran pantalla, para el cual espera contar con la ayuda de Joe Gillis (William Holden), un guionista al que convierte en su amante. En el momento de su estreno, Sunset Boulevard recibió grandes elogios de la crítica. Fue nominada a once Premios Óscar, aunque ganó solamente tres. Hoy día es considerada un clásico, y a menudo se la cita como una de las obras más relevantes del cine estadounidense.
Coincido con quién me la ha sugerido (mi amigo Yul) en que es un título imprescindible para los amates del cine.


12. TORO SALVAJE
Raging Bull, conocida en castellano como Toro salvaje , es una película de 1980 dirigida por Martin Scorsese, basada en el libro Raging Bull: My Story del boxeador Jake La Motta. Tiene a Robert De Niro como Jake LaMotta, un boxeador de peso mediano cuya rabia sadomasoquista, celos sexuales y brutal apetito excenden los límites del cuadrilátero y destruyen su relación con su esposa y su familia. Joe Pesci interpreta a Joey, el hermano y mánager de LaMotta que lo ayuda a luchar contra sí mismo, y Cathy Moriarty interpreta a su esposa. Fue nominada a 8 premios Óscar y se alzó con dos: los premios al mejor montaje y mejor actor para Robert De Niro.
De Niro ganó alrededor de 27 kilos para su personaje de Jake La Motta, marcando así un récord. Asimismo su actuación como Jake La Motta fue ubicada en el puesto 10 de las "100 mejores actuaciones de todos los tiempos" de la revista Premiere. Ha sido consicerada como la quinta Mejor Película de todos los tiempos por Entertainment Weekly. Quedó clasificada en la posición nº 4 de en la lista de las "100 Mejores Películas" hecha por el American Film Institute. En otro ránking hecho también por el American Film Institute fue posicionado nº 1 en la lista de las "10 Mejores Películas en el Género de Deportes".
Una película TOTALMENTE IMPRESCINCIBLE. Me la ha recordado Yul, ¡gracias!.


13. EL PADRINO:
The Godfather es una película estadounidense de 1972 dirigida por Francis Ford Coppola. Está basada en la novela del mismo nombre de Mario Puzo, quien ayudó a Coppola a adaptarlo a la pantalla grande. Ésta narra la vida de Don Vito Corleone, jefe de una de las cinco familias que ejercen el mando de la Cosa Nostra en la ciudad de Nueva York en los años 40, representa la experiencia de los inmigrantes (en su caso italianos) a los Estados Unidos y al mismo tiempo expone las contradicciones del "sueño americano". La película contó con un reparto encabezado por Marlon Brando, quien interpreta a Don Vito; Al Pacino, James Caan y John Cazale en el papel de los hijos de Don Vito: Michael, Sonny y Fredo, respectivamente; Robert Duvall, como Tom Hagen, el hijo adoptivo de Corleone y abogado de la familia; y Diane Keaton, como Kay Adams, la novia de Michael.
Es una de las producciones más aclamadas y apreciadas de la cinematografía estadounidense y mundial, siendo considerada uno de los mejores filmes de todos los tiempos y la mejor película de Francis Ford Coppola.En 1973 se hizo acreedora a tres premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas estadounidenses por Mejor Actor para Marlon Brando, Mejor Película y Mejor Guion Adaptado para Mario Puzo y Francis Ford Coppola; anteriormente había ganado cinco Globos de Oro por Mejor película - Drama, Mejor director, Mejor actor - Drama, Mejor canción original y Mejor guion. Esta fue la primera parte de una trilogía completada a la postre por El Padrino II en 1974 y concluida con El Padrino III en 1990.
He de confesar que la vi ya de mayor. Me gustó tanto la primera que no pude resistirme a ver la saga del tirón. Es una sugerencia de Yul ¡gracias de nuevo!.


14. VÉRTIGO
Vertigo es una película de suspense dirigida por Alfred Hitchcock y estrenada en 1958. El argumento se centra en el personaje de un detective retirado aquejado de acrofobia o vértigo que es contratado por un viejo amigo para que vigile discretamente a su esposa quien dice estar poseída por un espíritu. Es una de las películas mejor valoradas de la cinematografía norteamericanA y fue nominada a dos premios Óscar. En 1996 se presentó una versión restaurada de la película. Fue protagonizada por James Stewart y Kim Novak. Se estrenó mundialmente en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián de 1958. Se caracteriza por el uso de una llamativa narrativa audiovisual del director, los actores Stewart y Novak o los lugares por donde se rodó. De ella siempre recordaré la célebre escena de hipnosis. La traigo a este espacio porque Yul sugiere cambiarla por "La ventana indiscreta".


15. METRÓPOLIS "Mittler zwischen Hirn und Hand muss das Herz sein" (mediador entre el cerebro y la mano ha de ser el corazón):
Metrópolis es un filme alemán realizado por la productora UFA. Se trata de una película de ciencia ficción dirigida por Fritz Lang, cuya trama se desarrolla en una distopía urbana futurista. Este filme fue lanzado originalmente en el año de 1927, antes de la cinematografía sonorizada. Se lo considera uno de los máximos exponentes del expresionismo alemán en las artes cinematográficas. El guion fue escrito por Fritz Lang y su esposa Thea von Harbou, inspirándose en una novela de 1926 de la misma Von Harbou. Metrópolis es uno de lοs pocos filmes considerados Memoria del Mundo por la Unesco y fue el primero en poseer esta categoría, amparado en la vívida encarnación de la sociedad toda, y la profundidad de su contenido humano y social.
El filme se desarrolla en el año 2026, en una ciudad-estado de enormes proporciones llamada Metrópolis. La sociedad se ha dividido en dos grupos antagónicos y complementarios: una élite de propietarios y pensadores, que viven en la superficie, viendo el mundo desde los grandes rascacielos y paisajes urbanos, y una casta de trabajadores, que viven bajo la ciudad y que trabajan sin cesar para mantener el modo de vida de los de la superficie. El presidente-director de la ciudad es Johan 'Joh' Fredersen (interpretado por el actor Alfred Abel). Una figura carismática y pacificadora llamada María defiende la causa de los trabajadores. Pero en lugar de incitar a una revuelta, insta a los trabajadores a buscar una salida pacífica y tener paciencia, esperando la llegada del "Mediador", que unirá ambas mitades de la sociedad. El hijo de Fredersen, Freder (Gustav Fröhlich) conoce a María y queda prendado de ella. Al seguirla sin que ésta se dé cuenta, penetra en el mundo subterráneo de los trabajadores y mira con sus propios ojos las pésimas condiciones en que éstos viven y trabajan, así como el desdén absoluto de los propietarios, que prefieren traer más trabajadores para que las máquinas no se detengan, que auxiliar a los que sufren accidentes en ellas. Asqueado por lo que ve, Freder decide unirse a la causa de María.
¡Excelente elección Nadx!. Título absolutamente imprescindible y recomendable. Gracias.

jueves, 15 de septiembre de 2011

ME GUSTAS TÚ

"¿Qué hora son mi corazón?; te lo dije bien clarito. Permanece a la escucha. PERMANECE A LA ESCUCHA. 12 de la noche en La Habana, Cuba; 11 de la noche en San Salvador, El Salvador; 11 de la noche en Managua, Nicaragua"
-¡Eres un gilipollas" -la rubia se pasea como una fiera enjaulada. La habitación del hotel apenas tiene 4 metros cuadrados. La rubia está cabreada, muy cabreada. -¡Imbécil! -la rubia me mira, yo miro a la ventana...
"Me gustan los aviones, me gustas tú. Me gusta viajar, me gustas tú. Me gusta la mañana, me gustas tú. Me gusta el viento, me gustas tú. Me gusta soñar, me gustas tú. Me gusta la mar, me gustas tú."

-Pienso coger mis cosas y largarme ahora mismo ¿me escuchas? -te escucho rubia. Pero mientras me hablas, recuerdo nuestra canción; "Me gustas tú". Me gustas tú, rubia. Llevas una camiseta verde oscuro con una gran mariposa y unos pantalones cortos de color blanco. Estás morena, muy morena. Llevamos desde principio de verano sin vernos. Demasiado tiempo -No entiendo por qué vengo cuando me llamas. ¡No pienso volver! ¿Te enteras?-Llena rápida la bolsa de viaje. Sigo mirándola. Sigo mirándote.
"¿Qué voy a hacer? je ne sais pas ¿qué voy a hacer? je ne sais plu ¿qué voy a hacer?je suis perdu"
-Siempre haces lo mismo -¿qué hago contigo, rubia?. ¿Qué hacemos? -Desapareces y cuando te de la gana vuelves a aparecer. ¿Quién te has creído que eres? -estoy siempre contigo, rubia. Lo que pasa que no se me dan bien las distancias y a veces no sé que hacer, ni qué decirte. Estoy perdido. Pero siempre pienso en ti -Y no me vengas con que siempre piensas en mí ¡me la suda! -me arde el cuerpo rubia, no te acerques...muevo la cabeza hacia un lado, el jarrón que me has lanzado pasa zumbando a pocos milímetros. Joder rubia.
"Qué horas son, mi corazón.Me gusta la moto, me gustas tú. Me gusta correr, me gustas tú. Me gusta la lluvia, me gustas tú. Me gusta volver, me gustas tú. Me gusta marihuana, me gustas tú. Me gusta colombiana, me gustas tú. Me gusta la montaña, me gustas tú. Me gusta la noche, me gustas tú."
-Estoy cansada y harta ¡harta! -te recoges el pelo antes de seguir lanzándome objetos. Me levanto. Parar las embestidas sentado es complicado -No sé que coño te ha pasado esta noche -no sigas por ahí, rubia. Mejor olvidarlo. Prefiero quedarme con el recuerdo de lo que hacíamos justo antes. Hemos ido a la playa, a dar un paseo. Nos hemos metido en el agua. Aún noto tu piel resbalando en mis manos... el sol cayendo. Y la música...
"¿Qué voy a hacer? je ne sais pas ¿qué voy a hacer? je ne sais plu ¿qué voy a hacer?je suis perdu"
-¡Y no te molestes en volver a llamarme! No pienso venir ¿me escuchas? -te escucho rubia, pero estoy demasiado ocupado capeando el temporal. Ahora me lanzas tu ropa. Tu olor me vuelve loco. -Me he metido en ese puto chiringuito para tomar un mojito. Pero el señor no soporta que otros me miren -no es eso, rubia. No lo entiendes. Has salido del agua, resbalándote de mis brazos. Me has dejado con las ganas. Siempre lo haces. Ni siquiera te he visto ponerte la ropa. Te has metido en el chiringuito y cuando he ido a buscarte ahí estabas, bailando. Rodeada de tíos. -¡Pero esta es la última vez! ¿Te enteras?
"Qué horas son, mi corazón. Me gusta la cena, me gustas tú. Me gusta la vecina, me gustas tú. Me gusta su cocina, me gustas tú. Me gusta camelar, me gustas tú. Me gusta la guitarra, me gustas tú. Me gusta el regaee, me gustas tú"
-¿Quién te has creído que eres para sacarme de esa manera del puto chiringuito? Solo estaba bailando. ¿Estás loco o qué? -si, rubia. Loco por ti. No me molesta que te miren. En realidad me gusta. -¿Me estás escuchando? ¿Piensas decir algo? -lo último que vuela hacia mi cabeza es un vaso. ¡Rubia, qué cerquita ha estado esta vez!
"¿Qué horas son, mi corazón?. Qué horas son, mi corazón?. ¿Qué horas son, mi corazón?"
-Es la última vez que me haces algo así. Gilipollas ¡eres un cabrón! -vienes hacia mí enfurecida. Noto tu rabia, el fuego en tus ojos. Cierras las manos y comienzas a golpearme. ¡Ay rubia!. A la tercera te paro, sujeto tus manos. Te llevo contra la pared. Esta habitación es pequeña, muy pequeña. Sujeto tus manos contra la pared, tres segundos. Me miras, tus ojos arden. Tratas de resistirte. Suelto las manos y agarro tu cabeza, justo a la altura del cuello. Con fuerza. Te beso. Quiero ese beso que no me has dado en el agua. Tu boca me responde, llena de rabia. Me gustas rubia. Me gustas tú...
"Radio reloj. 5 de la mañana. No todo lo que es oro brilla, remedio chino e infalible"
Al final me muerdes. Esta vez no llegas a hacerme sangre. Joder rubia ¡me gustas!
-¡Cómo me gustas, loco! -Me lo dices susurrándome en la oreja...-Me gustas tú.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

DON JUAN

Mañana comienzo un curso de teatro en verso. Cosas del destino. Este año estuve dudando si preparar "El perro del hortelano" aunque finalmente me decanté por un infantil y por Noche. Pero quiero trabajar teatro del siglo de oro español, teatro en verso, porque considero que forma parte de un legado cultural que nos caracteriza e identifica universalmente. Un legado que es único y original, como la forma de trabajar el verso que debe tener como finalidad declamarlo con naturalidad sin que parezca cantado.
El segundo proyecto de mi grupo fue precisamente una obra de Calderón de la Barca "Casa con dos puertas mala es de guardar" pero deseché la idea propuesta por mi compañero Ángel por resultarme demasiado complicada.
Van a ser siete días de curso intensivo. Los textos seleccionados pertenecen a "La vida es sueño" -Calderón de la Barca-, "El castigo sin venganza" -Lope de Vega-, "La verdad sospechosa" -Ruíz de Alarcón- y "El burlador de Sevilla" -la autoría se atribuye a Tirso de Molina, con ciertas reticencias por parte de algunos autores-.
Yo trabajaré "El burlador de Sevilla" encarnando a Tisbea, una pescadora que auxilia a don Juan que ha naufragado en la costa de Tarragona. Restablecido él del azaroso incidente, la seduce y la goza en la cabaña de ella, huyendo posteriormente con las dos yeguas de Tisbea.
Hace un par de semanas volví a leer "El perro del hortelano" en parte porque este viernes hablaré en el espacio "De cine" de Radio Santa Fe de la versión cinematográfica de Pilar Miró -soberbios todos, pero especialmente Emma Suárez y Carmelo Gómez... un buen ejemplo de ese verso natural y no cantado-. Llevo tres días leyendo las obras que vamos a repasar.
Y pienso, más que nunca, que tengo que hacer un montaje en verso. Pero mientras me pongo a ello, dejo de aperitivo estos versos:


DON JUAN: "Gran parte del sol mostráis,
pues que al sol os da licencia,
pues sólo con la apariencia,
siendo de nieve abrasáis."
TISBEA: "Por más helado que estáis,
tanto fuego en vos tenéis,
que en este mío os ardéis,
¡plega a Dios que no mintáis".

lunes, 12 de septiembre de 2011

LA LEYENDA

Del Torreón. La leyenda del Torreón. Así decidí titular la serie que escribí el verano pasado. Ayer estaba terminando la segunda parte de Lienzo y saltó un mensaje. Al abrir el facebook comprobé que acababan de colgar la cabecera de "La Leyenda del Torreón".


No sé como describir el día que llevo. Escribí los siete capítulos de la Leyenda en siete días (un capítulo por día) y es que tengo por costumbre escribir de noche. Así que esperaba pacientemente a que no hubiese sol y me sentaba a darle vida a esta historia tejida a base de recuerdos personales e imaginación. Siempre escribo con música. La selecciono dependiendo del estado de ánimo que necesito para animar a los personajes de mis historias. Cada una de historias, tiene una canción. Me pasé toda esa semana escuchando Luar na Lubre y Milladoiro, dos grandes grupos gallegos. Paradójicamente la Leyenda se sitúa en Albolote (Granada), el lugar que ahora es mi casa. Ancares, una canción de Luar na Lubre se convertiría en un eje principal de esta historia llena de intriga y suspense.


La gente que me rodeaba se convirtió en protagonista de esta trama que gira alrededor de la atalaya que sigue custodiando Albolote, atalaya que todo el mundo conoce como "el Torreón". Todo en el guión, los lugares, apellidos, los nombres... todo tiene un significado especial para mí. No hago nada porque sí, aunque a veces pueda parecerlo.



Cuando le comenté a Koka que queríamos grabar una serie, él me dijo: "hará falta un guión" y el otro día se reía al recordar que yo le dije: "ya lo tengo"... enseguida se implicó Maribel. Con ellos vendrían Yul, Dani y Conchi. Un equipo técnico formidable apoyado por Juande y Paco (cámaras de tele Albolote).



Elegir a los actores y actrices era fácil. En realidad mis compañeroso y compañeras me habían inspirado muchos de los personajes... pero tuve que decidir tratando de conciliar situaciones y circunstancias con un rodaje que nos impusieron en 2 semanas. Todo el mundo pensó que estábamos locos. Pero cuando la gente me dice: "eso es imposible" despiertan en mí la necesidad de demostrar que la voluntad mueve montañas. Y que querer en la mayoría de los casos es poder. Y hemos podido.



Y así Fran, Norberto, Fran chico, Alba, Encarni, Alicia, Pepe, Mc, Cris, Ana, Lola, Miguel, Carmen, Edu, Ramón, Andrea, Alicia, Emma, Dani, Blanca, Miguel, Lucía, Julio, Javi, Inma, Plácido ... y seguro que me dejo a alguién, todos ellos se involucraron en este proyecto con una ilusión que aún hoy me emociona. De todos ellos recuerdo a los que actuaban por primera vez (como Pepe, Alba, Edu, Carmen, Lola, Miguel e incluso los dos maquilladores, Álvaro y Fernando) con especial gratitud y respeto. Nunca dudo que la gente tenga la capacidad de interpretar; todos la tenemos en mayor o menor medida. Lo que a veces no existe es el valor de hacer realidad una idea y ellos lo hicieron y superaron el reto con creces. Gracias a todos y todas.



Edu y yo nos encargamos de la "producción" de la serie. Recuerdo los diez días previos al rodaje como una especie de sueño. Casi no dormía, casi no comía... pero cada día me acostaba con la satisfacción de observar como todo se iba materializando. La serenidad de Edu y su determinación para vencer todos los obstáculos fue una verdadera lección de vida. Había días que lloraba de puro cansancio y tenía la sensación de que el cuerpo no me iba a responder. Pero ahí estaba él recordándome que lo importante es levantarse. Gracias.



A todo el mundo que se involucró en la idea, GRACIAS.



Y gracias a Koka y Maribel. Pues se han encargado de postproducir, editar y dar vida a las imágenes que se grabaron en dos semanas de infarto. Durante el rodaje no paraban de decir "esto va a ser un lío" y soy consciente de que lo ha sido. Pero lo han enfrentado y superado con buen humor, serenidad y una paciencia sin límites. ¡Qué grandes sois los dos! Toda mi admiración y todo mi amor para ellos. Para todos y todas.



Recuerdo muchas cosas, sobre todo lo que nos reimos. Pero en especial una noche en la que grabábamos una escena Javi y yo. Terminamos y estábamos comiendo algo. Conchi me dijo: "para tí debe ser toda una experiencia... ver que lo que has escrito cobra vida". Y lo es. Lo fue.



Esta leyenda carece de medios, de tiempo... es una serie de andar por casa, un proyecto sencillo, sin más pretensión que experimentar, compartir y trabajar en equipo haciendo lo que nos gusta. Siempre funcionamos así. No entiendo de selecciones, ni de calidades. Mi grupo se nutre de ilusión, de ganas, de fuerza, de vida y con estos elementos todo es posible.
Recuerdo como surgió el proyecto. Una tarde de junio quedamos todo el grupo de teatro. Despedíamos la temporada y Fran dijo "¿y si hacemos una serie? podemos adaptar el guión que tenemos y grabarla en el Torreón". Y yo pensé: "no, mejor hacer un guión original". Y es que cada vez que me proponen algo, no puedo evitar comenzar a soñar. No entiendo de intenciones que no se resuelven en actos. Disfruto haciendo realidad lo que imagino y así soy feliz. En realidad creo que no puedo ser de otra manera.
Sirva esta "torre" para demostrar que la voluntad lo puede todo, o casi todo. Y que los sueños pueden hacerse realidad. Así que en esta noche de luna llena os aconsejo que os animéis a soñar y que no vaciléis en cumplirlos. ¡Sin ellos la vida es muy aburrida!


domingo, 11 de septiembre de 2011

EL LIENZO (parte II)

A través de mis manos, el lienzo de Marta cobra vida. He logrado captar esa mirada triste, perdida, profunda. Y dependiendo de la perspectiva en la que el espectador se sitúe, a veces parece que sonríe. Da la sensación de que el párpado que cobija esa tristeza infinita, va a levantarse para permitir que el ojo se llene de la luz que penetra desde el lado izquierdo del cuadro.

Sigo trabajando un rato más sobre el lienzo. Noto los dedos cansados, apenas puedo moverlos y me sorprendo cuando en el cuarto se hace la luz. Está amaneciendo. No es la primera vez que me ocurre, en más de una ocasión me he quedado en vela, dando vida a una de mis obras. Pero esto es diferente. Marta. A veces me parece observarla en el sofá rojo vino y noto esa punzada en el pecho que me atraviesa cuando ella clava sus ojos en mí. Creo que he conseguido la tonalidad justa del gris de su iris. Es ese gris, pero el brillo febril que consume su mirada no se refleja en mi creación y eso me enferma. Marta. Debo descansar pues ella llegará pronto y quiero concentrarme en todos los detalles de este nuevo día. Voy al cuarto de baño y me doy una ducha con agua fría. Casi no he terminado de vestirme y ella llama al timbre. Marta.


Abro la puerta y lo que veo me deja exhausto, sin aliento. Marta se apoya sin fuerzas en la pared. Trato de ayudarla a incorporarse, pero ella es más rápida. Esquiva mis brazos y penetra en el salón. Casi sin darme tiempo a reaccionar se quita el abrigo que cae al suelo y ella se sienta en el sofá, adoptando la misma postura del primer día. Piernas flexionadas y sus brazos delgados sobre ellas.


-No es necesario que continuemos hoy -la miro y aparto nervioso mi pelo de la cara. Aún está mojado.


-Si, si lo es -Marta apenas puede hablar. Su voz es susurro. Tose, está ahogada. Su piel está amoratada y húmeda. Debe estar empapada a causa del sudor y presiento que tiene mucha fiebre. - Debemos terminar hoy.


-Marta, en serio... no creo que sea buena idea. Puedo ir a tu casa y terminar allí, si lo prefieres. Cuando te encuentres mejor, cuando...


-Quiero que termines hoy -sus ojos grises se clavan en mis ojos negros y creo que se me va a parar el corazón -Debe ser hoy. Y María debe verlo mañana.


-¿María? Marta, no lo entiendo -aparta sus ojos de mí. Está enfadada y nerviosa. Le tiembla todo el cuerpo y cuando se da cuenta de que miro sus manos amoratadas, trata de cubrirlas con las mangas, pero es inútil.


-Este cuadro es para que mi hija me recuerde -parece tranquilizarse y mira hacia la ventana.


-Lo sé, lo sé -me coloco en mi puesto pues estoy seguro de que Marta no va a ceder en su empeño.


-Quiero que lo reciba mañana, debes entregárselo tú, pues es importante que conozca al autor de la obra -trata de sonreír. Voy a contestar, pero ella me ordena silencio con una mano y continúa hablando. Le cuesta respirar, su pecho se mueve violentamente- Mañana es 1 de octubre, un día importante para nosotras.


-¿Un cumpleaños? -trato de relajar su nerviosismo. Ella se ríe y tose. Cierro los ojos. Siento dolor, su dolor.


-Y un aniversario. Vamos, debes terminar el cuadro -hace un esfuerzo por controlar su respiración, pero no puede.


-Pero, aunque lo termine hoy.. ¡mañana no estará seco! -mi tono pretende ser desenfadado.


-No importa. Ya se secará.


Durante buena parte de la mañana, Marta no habla. Se concentra en mirar por la ventana. No puedo imaginar lo que le cuesta estar ahí sentada. Desea ese retrato con una fuerza que doblega todas mis dudas. El poder de su objetivo le permite seguir ahí, sentada, consumida por la fiebre, temblando de frío. A medida que avanza el día, su aspecto sigue marchitándose a pasos agigantados. Pero cada vez que le pregunto si quiere o necesita algo, su voz es firme:


- Solo quiero que termines mi retrato.


Y esa maldita fuerza que emana de su cuerpo roto, me obliga a continuar. Solo al llegar la tarde, parece relajarse y comienza a hablar:


-¡Verás que contenta se pone María! -su voz se serena- tiene fotos mías, pero estoy segura de que este cuadro le permitirá recordarme tal y como he sido. Se lo debo. Es lo menos que puedo hacer por mi pequeña -la emoción la embarga y calla. Marta me ha mostrado su mirada triste, perdida, enigmática, alegre, cansada... y ahora se llena de serenidad. Su mirada serena me atrapa y congela el tiempo que nos rodea. Todo me parece posible perdido en esos ojos que sin emitir palabra, me hablan, me alientan, me llenan de toda una vida que ya no sé si pertenece a Marta o es mía. Su conciencia parece adueñarse de mi cuerpo y a través de mis dedos le regalo mis sentidos a Marta y Marta habla en ese lienzo que hace tres días estaba vacío.


- ¿Te arrepientes de algo? -el sonido de mi voz me sorprende. No sé si quería preguntarle eso, pero las palabras han brotado de mi boca, como si fuesen una necesidad.


- De todo lo que no he hecho -Marta se ríe y tose. Trato de ir hacia ella, pero me retiene. Silencio.- ¿Quieres un consejo? -Asiento con la cabeza -Vive y así es probable que no necesites hacer un retrato para que la gente te recuerde.


-Marta, estoy seguro de que la gente te recuerda sin la necesidad de este retrato...-su voz áspera se cuela en mis sentidos. Ahora me invade el frío.


-De cualquier forma, este retrato se lo he prometido a mi hija. Ahora ya puedo irme en paz -me mira, sus ojos están tranquilos.


-Puede que...


-No. Para lo mío no hay remedio -se ríe - no te pongas triste -he dejado caer la paleta y ni siquiera me he enterado -estoy tranquila. Ahora estoy tranquila. Solo quiero pedirte una cosa más...


Me da la dirección de un hospital, para que lleve el retrato. "Debe ser mañana, mañana es 1 de octubre". Y un nombre: María Blanco Montero. Luego se levanta y observa el cuadro. No lo ha hecho estos dos días atrás, pero hoy lo hace. Se tapa la boca con la mano y noto su satisfacción y su gratitud. No puede hablar. El temblor de su cuerpo aumenta y comprendo que no le sale la voz del cuerpo. Pero me mira, me mira llena de agradecimiento y esa mirada me inunda por completo. Trato de ayudarla, pero me pide un vaso de agua. Voy a la cocina y cuando vuelvo al salón, Marta no está. Se ha ido. Salgo corriendo tras ella, descalzo. La busco como un loco durante varias horas. Me he cortado el pie con un cristal, la gente me mira. Supongo que no tardarán en llamar a la policía y decido volver a casa.


Me tranquilizo. Mañana he de cumplir mi promesa y entregar el cuadro a la pequeña María. Marta me ha dicho que tiene seis años. En realidad solo me importa su madre, Marta. Me curo el pie. El cansancio me vence. El sueño me invade y los ojos de Marta me acompañan llenándome por completo.


Cuando abro los ojos ya son las diez de la mañana. ¡Quería darle los últimos retoques al cuadro!... pero ya no será posible. Lo firmo como suelo hacerlo: R.A. Son las iniciales de mi apellido y mi nombre. Me ducho, me cambio de ropa. La herida del pie es un impedimento a la hora de calzarme, pero todo me da igual. Voy a ver a Marta. Quiero despedirme de ella. Necesito despedirme de ella. Pido un taxi y me dirijo al hospital. Pregunto por María Blanco Montero y me dirijo a la 4º planta, habitación 435. En el pasillo veo saltar a una niña. Una niña de unos seis años. Tiene el pelo largo, lacio y negro. A medida que me voy acercando el corazón se me acelera. Justo cuando la tengo a unos pasos, la niña se acerca y me mira con unos enormes ojos grises. Sin duda es María.


-¡Sara!- una voz de mujer a mis espaldas me deja paralizado. Me vuelvo. Es una mujer de unos cuarenta años. Es muy alta y el pelo lo lleva corto y es de un intenso tono rojizo. Viste pantalones vaqueros y los ojos son verdes. La piel es morena. -¿Le ha molestado mi hija?


-No... yo..-no sé que decir. La pequeña es idéntica a Marta. El pelo oscuro, los ojos grises. Esos ojos enigmáticos y enormes que reconocería en cualquier parte.


-¿Puedo ayudarle? -la mujer intuye mi desconcierto. Coge de la mano a la niña y espera mi respuesta.


-Busco a María Blanco Montero. Traigo esto para ella. Es un encargo -señalo el cuadro que llevo del revés para evitar que se ensucie.


-¡Ah! Entonces trae usted un regalo de cumpleaños -la mujer ríe. Su risa me recuerda a la de Marta y recuerdo sus palabras "un cumpleaños y un aniversario" - Y busca a mi abuela, María Blanco Montero. Hoy cumple noventa y siete años.


-¿Su abuela? No, no. Debe haber una confusión -apoyo el cuadro en el suelo y miro a la mujer.


-Que yo sepa es la única María Blanco Montero que hay en la planta. Yo soy Ana, su nieta -me tiende la mano y vuelve a reír - pero... ¡pase usted y hable con mi madre, está ahí, con ella! -la mujer me indica y pasa delante de mí. Me quedo quieto, petrificado. Sara, la niña pequeña que he confundido con María me tira de la manga de la sudadera. Bajo. Su mirada está llena de misterio.


-Será mejor que entres. Además, mi abuelita sabe contar buenas historias....


Entro en la habitación, Ana ya se ha encargado de anunciar mi visita y está descorriendo las cortinas. En la cama, semiacostada, yace una mujer muy anciana, con el pelo totalmente blanco y recogido en una trenza. A su lado, una mujer mayor, de unos setenta años. Acaba de cerrar un libro y me mira.


-¿Trae un regalo para mi madre? Ande... pase... permítame, yo soy Isabel, la hija de María -inclina la cabeza a modo de saludo. Todo me da vueltas, creo que me estoy mareando. Dejo el lienzo sobre el suelo y al hacerlo he debido girarlo, porque la mirada de Isabel se clava en el cuadro. Sus ojos parecen salirse de las órbitas y se tapa la boca para evitar un grito -¡Mamá, madre! ¡Ay, Ana hija, mira... mira! ¡Es mi abuela, es Marta! -creo que voy a desmayarme. Ana me acerca una silla. -¿Se puede saber quién es usted? -Isabel se ha recuperado y me mira con mucha curiosidad. Yo no sé ni qué decir.


-A...agua -acierto a balbucear. Ana corre rápida y me sirve un vaso de agua. Bebo. Tengo la garganta seca y el agua me permite hablar -Soy Alberto Román...


-¡No puede ser! ¿Usted es el nieto de Alejandro Román? ¡No puedo creerlo! -Isabel expresa su nerviosismo moviendo sus manos con gran rapidez. Sus ojos grisáceos están llenos de lágrimas, está muy emocionada. Es normal que todo el mundo conozca a mi familia. Mi abuelo, Alejandro Román fue un gran retratista. Mi padre no siguió sus pasos, pero yo heredé su pasión. Eso sí, no hago retratos, en parte para evitar las comparaciones. No me gustan. Con Marta he hecho una excepción.-


-¡Mamá! -la voz de la anciana María nos coge a todos por sorpresa. La mujer ha abierto los ojos. Esos inconfundibles ojos grises y mira llena de emoción el cuadro de su madre.


-¡No sabe usted la alegría que le ha dado! Bueno, que nos ha dado a todas.... -Isabel comienza a hablar. Presiento que Sara, la niña que confundí con María, tiene razón: va a ser una gran historia- Mi abuela, Marta, era una mujer bellísima pero no le gustaban las fotos, ni los retratos. Cuando se acercaba el sexto cumpleaños de su hija María, mi abuela Marta le preguntó a su hija que qué quería. Mi madre no dudó -Isabel mira a la anciana María- "quiero un retrato para recordarte" le dijo a su madre. Y mi abuela se puso en contacto con el afamado Alejandro Román, su abuelo, para que le pintase ese retrato.... quedaron para hacerlo el 29 de septiembre de 1920 pero.... -la voz de Isabel se quiebra.


-Cogió el coche, no tenía demasiada experiencia y ....se salió de la carretera precipitándose por un acantilado -Ana termina la historia en voz muy queda -murió ahogada -la imagen de la piel amoratada de Marta regresa a mi memoria. Un escalofrío me congela todo el cuerpo. Creo que voy a vomitar. -Ayer fue el aniversario de su muerte. ¡Lo siento! ¿Está usted bien?


-Si... si.


-¡Mamá! -es la voz de María. Está llena de alegría. Parece una niña.


-¡Le hacía tanta ilusión ese retrato! Lleva meses acordándose. Lo pasó muy mal cuando murió su madre. La familia trató de que su abuelo, el señor Román, pintase el retrato, pero al enterarse de las circunstancias del fallecimiento de mi abuela, no pudo. Pero mi madre lleva toda su vida esperando este retrato y ahora usted... ¡no sé cómo agradecérselo! Ahora podremos recordarla.


La voz de Isabel se aleja. Me pitan los oídos. Me quema el aire y quiero salir de esa habitación. Todo me da vueltas. Necesito andar.


Salgo sin ser consciente de si me hablan o no. Unas manos pequeñas frenan mi huida. Es Sara, la pequeña Sara. La niña que yo creía que era María. Me hace un gesto para que me agache. Esos ojos grises me tienen totalmente cautivado. Obedezco.


-Tienes que vivir, para que no haga falta un retrato para recordarte -me susurra estas palabras al oído. Voy a perder la razón. La miro. Me mira con esos hermosos ojos grises- Me ha pedido que te lo diga. Y que me despida de tí. Ella ,ya se ha ido.

viernes, 9 de septiembre de 2011

EL LIENZO (parte I)

En una noche de este verano, entre vinos, copas y risas, surgió la posibilidad de grabar una historia. En cuanto Maribel me miró y dijo: "eso ella que es la que se inventa las historias", mi cabeza comenzó a volar. Y es que no lo puedo evitar, miro a las personas y les imagino una vida. La vida que me inspira una mirada, un gesto, una palabra... Es una noche de verano, entre vinos, copas y risas, lo que se dice suele caer en el olvido. Pero cuando se trata de crear yo no puedo evitar que esas "locuras" se instalen en mi cabeza y se hagan realidad...





Acabo de levantarme. Me dirijo al cuarto de baño y meto la cara bajo el grifo de agua helada. Ayer me acosté demasiado tarde tratando de poner un poco de orden. Miro la hora. Son las ocho y treintaicinco. Tengo algo menos de media hora para darme una ducha y vestirme. Tomo una taza de café frío para despejarme.

Justo cuando termino de ponerme la camiseta, suena el timbre. Miro el reloj. Son las ocho y cincuentaisiete. Me dirijo a la puerta y abro. Allí está ella. No me la imaginaba así.
Debe medir un metro setenta. Apenas me llega al hombro. Lleva una melena corta y su pelo es muy oscuro, casi negro. La piel es extremadamente blanca y las ojeras denotan que está cansada o enferma. Los ojos son grandes, de color verde grisáceo. Lleva un abrigo a cuadros grises y azules. Esperaba otro tipo de mujer. La típica mujer que encarga un cuadro a un pintor de cierto prestigio, es una mujer orgullosa de sí misma. Pero la mujer que yo tengo delante parece estar a punto de diluirse, de desaparecer.

- ¿Puedo entrar? - su voz es suave, casi como un susurro.
- Claro. Perdona... yo... -me he detenido demasiado tiempo en observarla.
- Estabas observándome. Supongo que es tu trabajo -trata de sonreír con la boca, pero sus ojos están tremendamente tristes. Pasa a mi lado, sin rozarme. No me ha tendido la mano ni ha hecho ademán de darme dos besos. Cierro la puerta. Ella avanza unos pasos y se queda quieta, esperando.
- Bueno, este es mi estudio - mi salón es espacioso y totalmente diáfano. Al fondo hay una enorme cristalera que me permite trabajar con luz. Ahora las cortinas están corridas. Justo en frente de la cristalera y al otro extremo, hay una pequeña cocina con una barra que divide levemente el espacio. Solo el cuarto de baño y mi habitación están separados de mi salón-estudio-cocina. Cuando llegué no era así, pero hice que tirasen todos los tabiques. Necesitaba el espacio para no sentirme enjaulado.
- Y tu casa - me contesta sin darse la vuelta. Se desabrocha el abrigo. Lleva un vestido negro, por encima de la rodilla, lo suficientemente ceñido para acentuar su delgadez. Los zapatos son planos, negros, sencillos. Se dirige al sofá, uno de los pocos muebles que permito en mi casa. Es de color vino. Sobre él deja el abrigo y se sienta - ¿empezamos?
- Bueno -trato de sonreír, pero estoy demasiado sorprendido como para hacerlo de manera natural -primero necesito saber qué es lo que quieres exactamente, por teléfono no me ha quedado muy claro.
- Quiero que me pintes - su respuesta es rápida y contundente. Lleva dos meses asediándome con la misma petición. Las llamadas comenzaron a principios de agosto. Siempre traté de explicarle que yo no hacía retratos, que yo me dedicada a otro tipo de pintura y sobre todo que no trabajaba por encargo. No me ha gustado nunca y por suerte jamás he necesitado hacerlo... pero fue inútil. A mediados de septiembre pensé que iba a volverme loco y soñaba con esa voz que me susurraba "quiero que me pintes, tienes que ser tú". Al final me decidí a aceptar el encargo, seguro que de otra manera esa mujer no me dejaría en paz. Me dijo que se llamaba Marta. No pactamos condiciones y yo esperaba hacerlo antes de comenzar a trabajar.
- Marta, necesito saber más cosas. Qué tipo de retrato quieres - me recojo el pelo en una coleta, suelo hacerlo cuando voy a empezar a trabajar. Ella trata de sonreír.
- Lo dejo a tu elección - flexiona las piernas y las coloca sobre el sofá. Pone sus delgadas y blancas manos sobre las pantorrillas -¡Qué frío hace aquí!
- ¿Frio? ¿Quieres que encienda la estufa? -comienzo a colocar el caballete y sobre él, el lienzo. Cojo uno al azar, aún no sé que medidas quiere.
- No, déjalo. Yo siempre tengo frío y parece que últimamente ha refrescado -sus ojos se clavan en mí un instante y noto una punzada en el pecho. Sus ojos transmiten una tristeza infinita. Los desvía consciente de que me hace sentir incómodo.
- Marta... agradezco tu confianza en mi criterio a la hora de pintar tu retrato pero... al menos dime qué te ha movido a querer hacerlo -la miro mientras derramo los óleos sobre la mesa de trabajo.
- Es...complicado. Verás, yo nunca he sido partidaria de fotografías y retratos -se ríe - pero ahora necesito que me pintes. Para que me recuerden - las últimas palabras las dice casi sin fuerzas y comprendo que va a llorar. ¡Qué tonto he sido! Es obvio. ¡Está muriéndose!. No hay más que verla. Está totalmente demacrada, escuálida, ojerosa.
- Marta.. yo... yo te prometo que trataré de hacerlo lo mejor posible.
- No me cabe la menor duda -me sonríe y mira hacia la ventana. Cambio el caballete, esa postura es perfecta. Mira de perfil hacia la luz que se filtra por la ventana. Esa luz la baña y le confiere un aspecto mucho más saludable. Es una mujer muy hermosa, de eso no cabe duda. La enfermedad no puede alterar esa cualidad y yo soy un experto en observarlo todo.
Cuando Marta se va son las ocho de la tarde. Llevo todo el día trabajando pues Marta me ha dicho que no le queda mucho tiempo. No ha querido probar bocado, y no le he insistido. Estoy contento, el resultado es brillante. No me dedico a los retratos y puede que hace años pintase alguno. Lo he olvidado. Pero inmortalizar a Marta no es hacer un retrato, es encerrar una vida entera para que luego brote a través de los ojos de los demás. Lo de hoy apenas puede servirme de boceto pero su cara, a través de mis manos, ha recuperado el brillo y la luz. He rellenado un poco las mejillas y he prescindido de las ojeras. En mi cabeza ya tengo decidida la tonalidad que aplicar a su piel y su boca será de un rojo brillante. Hoy me ha hablado de su infancia y de su adolescencia. Y por primera vez desde que hablo con ella, he percibido felicidad. Me acuesto satisfecho y pongo el despertador a las ocho veinte.

Poco antes de las nueve, Marta toca a mi timbre. Abro la puerta ansioso y Marta consigue volver a impresionarme. Hoy está peor que ayer. El tono de su piel es casi transparente. Las ojeras y las bolsas de los ojos mucho mayores y los labios están amoratados, al igual que los dedos de las manos.
-Buenos días -consigue decirme con cierta dificultad. Pasa aprovechando que me he apoyado contra la puerta.
-Marta ¿te encuentras bien? -cierro y me giro, pero ella ya está preparándose, adoptando una postura idéntica a la del día anterior.
- Si, no te preocupes. ¡No nos queda demasiado tiempo! -sonríe, pero apenas consigue que los labios tracen una pequeña y cansada mueca. Gira levemente la cabeza y repara en mi pequeña biblioteca. - ¿Es tu mujer? -sus ojos se han posado en un marco plateado que hay justo delante de mi colección de autores alemanes, son mis predilectos. Me rio.
- No ¡que va! Es la modelo que traía el marco. Me lo regalaron y aún no le he puesto foto -vuelvo a reír y ella me mira.
- ¿Sabes? Yo estuve casada. Pero la cosa no funcionó -se queda pensativa.
- ¿Fue hace mucho? -he comenzado a pintarla, sin que ella se entere. Mi reto consiste en tratar de captar esa mirada enigmática, perdida, triste.
- Hace una eternidad -se ríe - pero juntos hicimos algo grande. Mi hija.
- ¿Tienes una hija? -no se me había pasado por la cabeza que aquella mujer tan frágil y enferma pudiese ser madre. Los ojos se le han llenado de ilusión y percibo una nueva mirada que me cautiva llena de fuerza, de luz, de alegría.
- María. Mi hija se llama María -Marta habla y sus palabras rebosan entusiasmo. A veces me parece mentira que el color no acuda a sus mejillas, porque está espléndida. A veces mueve las manos y me pide perdón por abandonar su pose. Se pasa casi todo el día hablando de su pequeña María. -María es alegre y rápida. ¡Es vida! -me emociono al pensar que Marta pronto se separará de su hija. Que no va a verla crecer... pero la noto tan feliz que es imposible no contagiarme de ese entusiasmo. Al caer la tarde permanece unos minutos en silencio. Luego apoya su cabeza en el sillón y vuelve a mirarme. Sus ojos ya me están interrogando antes de hablar- ¿te has enamorado alguna vez?
- ¡Supongo que muchas! Ya no soy un niño -me río. He contestado casi sin pensar.
- Eso está bien -Marta me mira .
- ¿Enamorarse? Ya no estoy tan seguro.
- Entonces, es que nunca has estado enamorado -Marta se ríe. A pesar de su aspecto, yo calculo que debe ser más joven que yo. Pero habla con si hubiese vivido cien vidas. A veces envidio su seguridad. A las ocho en punto, Marta se va. Hoy no hemos probado bocado ninguno de los dos. Su presencia me fascina. Y me doy cuenta de que he mirado más de lo habitual el reloj deseando que no llegase la hora de la despedida. Miro el cuadro. Es increíble, pero casi está terminado. Jamás quedo conforme con nada de lo que hago, pero este cuadro en cuestión me encanta. Casi juraría que la cabeza de Marta va a girar para mirarme. Y que sus enormes ojos grises van a sonreirme como lo han hecho durante casi todo el día de hoy. He enmascarado su palidez con un suave tono rosáceo y sus labios ya son rojos en mi lienzo. Su lienzo. El lienzo de Marta. Está preciosa, casi tan hermosa como cuando la contemplo al natural, pues la enfermedad que la consume no puede enmascarar su alma.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

HOY ES NOCHE

Buscando un texto para interpretar, surgió Noche. Fue una experiencia muy curiosa escribirlo. Me senté en la cama, con el ordenador sobre mis piernas y "Noche" brotó sin más. Nunca hasta ahora había escrito algo con lo que me sintiera tan cómoda como este texto. Nunca hasta ahora he sentido un texto tan mío como Noche.

Es un texto para interpretar. Se estrenará el próximo 14 de enero de 2012 en Albolote, clausurando el I CERTAMEN NACIONAL DE TEATRO CIUDAD DE ALBOLOTE, un nuevo reto que estoy asumiendo con mucho placer y trabajo.

Trabajarlo junto a mis compañeros es un placer. Interpretarlo es una mezcla de sensaciones extrañas pues Noche me deja exhausta cada vez que me presto a esa Reina enjaulada en un país de bestias. Y puedo asegurar que jamás he sentido tantísimo al interpretar algo. Noche consigue que termine sumida en una total oscuridad y que al despertarme siga soñando que es "noche que amenaza con ser infinita". Pero me hace feliz.

Gracias a Fran (Rey y Conciencia) y a mis tres Mujeres de Granate (Inma, Encarni e Inma), Noche se convierte en realidad poquito a poco...

Llevaba tiempo deseando colgarla y hoy, por fin, la he registrado y la muestro en este espacio como madre orgullosa. Pues hoy es noche.


PRIMER ACTO
El escenario está a oscuras. Suena el tañido de una campana que crece en intensidad. El sonido se repite tres veces.


REINA: -Más que voz es llanto- ¡No puedo más! ¡Quiero que pare!
VOZ: -La voz es grave e irónica- ¿Te molesta?
REINA: -Confusa, con miedo- ¿Quién habla?
VOZ: -Riéndose- ¿No me conoces? ¡Silencio!
Se hace la luz, es una luz azulada que invade todo el espacio mostrando en el centro de la escena a una mujer cubierta por una sencilla túnica marrón (REINA). Sostiene su cabeza con las manos, en un gesto de desesperación, tratando de contener el sonido que perfora sus oídos. El sonido de las tres campanadas se repite tres veces y desaparece de súbito. Tras la Reina, una silla negra. Por su derecha aparece una mujer vestida con túnica granate. Justo por el extremo opuesto ha aparecido otra y del fondo del escenario emerge una tercera. Las tres mujeres se dirigen hacia la reina rodeándola a cierta distancia. Aparecerán justo con las tres últimas campanadas, y cada una de ellas saldrá a escena acompañada por uno de los tañidos.
MUJER GRANATE 1: El tiempo se agota. La ciudad espera tu respuesta.
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: ¡Habla!
MUJER GRANATE 2: ¿Qué es lo que retiene tu lengua, mujer? Vivimos asediados desde hace meses. Nuestras murallas ya no pueden contener más tu silencio. Habla. ¿Qué has decidido?
MUJER GRANATE 3: -Le tiende una daga a la reina- ¡Toma! Toma esta daga con la que has de poner fin al lamento de tu pueblo. ¿Qué le debes a tu esposo salvo la vergüenza de que tu vientre permanezca estéril?
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: ¡Nada!
MUJER GRANATE 2: ¡No le debes nada!
MUJER GRANATE 1: -Avanza un paso hacia la Reina- Desliza silenciosa esta daga por su cuello. Hazlo para que el amanecer rompa esta noche que promete ser eterna. Derrama el filo de esta daga por su cuello, como caricia muda…
MUJER GRANATE 3: …y libéranos de este sufrimiento. Sólo a ti te corresponde. Este asedio dura ya demasiados meses. ¿No los escuchas, mujer? –La mujer de granate 3 toma con violencia del brazo a la Reina obligándola a acercarse al público- Piden tu trono. Reclaman este reino huérfano de herederos.
REINA: -Soltándose- ¡No puedo!
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: ¡No quieres!
REINA: ¡No puedo matar a mi esposo! Pedidme mi propio sacrificio y hundiré gustosa esta daga en mi corazón. ¡Así me liberaré de este sufrimiento!
MUJER DE GRANATE 2: - Señalando acusadora a la Reina- ¡Cobarde!
REINA: -Tapándose los oídos- ¡No!
MUJER DE GRANATE 1: -Se acerca a la Reina y la insta a utilizar la daga- Toma esta daga y libéranos. ¡Libérate! Darás a luz descendientes sanos para este trono vacío. ¡Lo he visto! Pero antes debes acabar con tu esposo.
MUJER DE GRANATE 3: ¡No te muestres afligida! Conduce a tu esposo al lecho y muéstrate generosa.
MUJER DE GRANATE 2: ¡Perfuma tu pelo de lujuria y que tus ojos se enciendan en deseo! Y una vez en el lecho, desliza muda esta daga por su cuello.
MUJER GRANATE 1: ¡Que así sea! Y que las sombras de la noche cobijen este secreto para siempre. Muerto el rey, este trono recuperará la esperanza de tener un dueño legítimo.
REINA: -Enfadada- ¡Este trono es mío! ¡No lo olvidéis!
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: ¡Eres tú quién lo olvidas!
MUJER DE GRANATE 1: Olvidas –las otras dos mujeres repiten la palabra, casi como si fuese un susurro-.
REINA: ¡No! -La Reina vuelve a quedar en el centro, acorralada por las otras tres-.
MUJER GRANATE 2: Pero aquí estamos nosotras. Surgidas de las entrañas de la fuente de la memoria. Fuente que te permitirá recordar.
MUJER GRANATE 3: Fuente que te permitirá cumplir tu juramento.
MUJER GRANATE 1: ¿Oyes? –La coge otra vez del brazo obligándola a acercarse al público- ¿Escuchas? Es el ejército enemigo que impelido por el aire ansía este trono vacío. Tú ya no lo defiendes.
MUJER GRANATE 3: ¡Nos lo debes! –Acaricia los brazos de la mujer y llega a la mano que sostiene la daga. La alza- ¡Dale impulso a esta daga y conviértela en heraldo de nuestra redención!
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: ¡Libéranos!
MUJER GRANATE 2: Somos un pueblo marchito, tierra estéril que no baña ningún agua. Nos arrastramos silenciosos en esta noche eterna que amenaza con no marcharse.
MUJER GRANATE 1: -Acercándose a la mujer que comienza a estar vencida- No temas, la muerte es dulce descanso para aquellos que la merecen. En sus brazos tu esposo se convertirá en un héroe para este pueblo. Volará ágil reclamando el puesto entre los divinos, pues su hazaña será digna de los dioses. Esta daga te entregará la libertad que nos pertenece. Así lo dijo el oráculo. Así debe ser.
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: ¡Así sea!
REINA: Así sea.
Desaparecen todas las mujeres de granate. Vuelve a sonar el tañido de las campanas. La Reina cae al suelo, desconsolada.
REINA: ¡No soporto este ruido! ¡Quiero que pare!
VOZ: ¿Será el sonido de tu conciencia?
REINA: -Mirando hacia todas partes- ¿Quién ha dicho eso?
VOZ: Yo.
REINA: ¿Quién eres? ¿Dónde te ocultas? ¿No habéis tenido suficiente arrancándome esa promesa indecente?
VOZ: Yo no soy ellas. No me confundas con esa manada de plañideras, su olor me enferma.
REINA: Entonces ¿quién eres? –Se pone en pie- ¿por qué no te muestras?
VOZ: ¿Seré tu conciencia?
REINA: ¿Mi conciencia?
VOZ: Conciencia.
Tras la Reina aparece una mujer de negro. Es la VOZ que ha estado presente durante toda la escena. Oculta tras ella la envuelve ágil con sus brazos.
REINA: ¿Qué quieres de mí?
VOZ: Eres tú quién me ha llamado.
REINA: Si ni siquiera sé quién eres.
VOZ: Lo sabes muy bien. Y ahora muéstrame tu mano. –Levanta un brazo y la Reina responde al movimiento reflejándolo como si fuese un espejo. Alza la mano que sostiene la daga- Hermosa criatura que rasga este silencio que te oprime –acaricia el filo de la daga- Hermosa y afilada criatura que fue creada para ¿liberarte?
REINA: Dijiste que eres certeza, ¿a qué interrogas?
VOZ: -Se ríe- Hermosa y afilada criatura que ha sido creada para sentenciarte.
Vuelven a sonar las tres campanadas, la Reina cae de rodillas traspasada por el sonido.
REINA: ¡Haz que paren!
VOZ: -Siempre desde atrás, acercándose, alejándose, susurrando en el oído de la Mujer Reina- No puedo.
REINA: ¡Haz que paren, te lo suplico! –sollozando.
VOZ: ¡No puedo! –Severa y arrodillada sobre la Reina- Yo no las oigo.
De repente cesa el sonido de las campanas. La escena se queda a oscuras durante unos instantes. Una música que mezcla percusión con palmas comienza a insinuarse tímida acompañando el posterior diálogo.
REINA: ¡Mi esposo, mi amigo, mi amante, mi confidente, mi consuelo! ¿Y he de matarte? Aún recuerdo cuando fue mío. Cuando le conocí. No esperamos a la ceremonia que habría de unirnos. Imposible esperar cuando el amor acucia. Nos buscábamos desesperados, día y noche. Nos dolían las ausencias más que nuestras propias heridas.
VOZ: El amor es una enfermedad que consume los corazones y adormece la razón.
REINA: No me importó que el oráculo desaconsejara nuestro enlace.
VOZ: Todo carece de valor cuando el amor acucia.
REINA: Su amor me cubría por completo, como un baño infinito. Se derramó silencioso llenándome el pecho y en sus brazos me sentía completa. Y libre.
VOZ: -Se ríe- ¡Cuidado reina! Hay esclavitudes que se disfrazan de libertad.
El sonido de las campanas ha vuelto a interrumpir la charla de las mujeres.
REINA: ¿No las oyes? Son tres campanadas, tres agujas que se clavan en mi mente. Al principio las oía a lo lejos. Pensé que anunciaban alguna desgracia.
VOZ: Las campanas jamás anuncian desgracias, las pregonan.
REINA: Pero luego fueron acercándose. Y ahora no me dejan. Aparecen de repente ¡me confunden!
VOZ: Te hablan.
REINA: ¡Me gritan!
VOZ: Los gritos son susurros sin destino. Escucha lo que tienen que decirte.
REINA: Lo intento, pero los gritos del ejército enemigo no me permiten concentrarme en el tañido de esas campanas.
VOZ: Has de vencerlos.
REINA: He de liberar a mi pueblo.
VOZ: Primero debes liberarte tú, mi reina. –Levanta una mano y la Reina contesta con un movimiento idéntico, mostrando al público la daga- ¡Mira que hermosa se muestra en esta noche oscura! Su filo basta para iluminarlo todo por completo.
REINA: ¡Si, tienes razón! Es hermosa.
VOZ: E infinita. Como el descanso.
REINA: ¡Quiero descansar! Deslizaré silenciosa esta daga por el cuello de mi esposo, como caricia muda. Para liberar a mí pueblo. Para que vuelva la luz.
VOZ: -Se ríe- No hay arma más poderosa que una convicción firme.
REINA: Pero… ¡No puedo!
VOZ: No quieres.
REINA: ¿Y qué más da? No puedo y no quiero.
VOZ: Ya sabes que ningún alba romperá esta noche infinita. Seguiremos sumidos en ella, y las campanas gritaran más fuerte y el tumulto se convertirá en multitud. ¿Qué harás cuando estos muros no contengan a los ejércitos enemigos?
REINA: ¡Calla!
VOZ: Yo no he hablado.
REINA: -Mirando a la daga- ¿Eres tan hermosa porque contienes promesas de muerte? ¡Cómo brilla tu filo! En él no se reflejan mis dudas. Y hueles a libertad. ¿Y si no puedo hacerlo?
VOZ: Vamos. ¿No deseas ver de nuevo el día? ¿Y qué cesen esas campanas? ¿Y qué ese tumulto se disuelva?
REINA: ¡Si, lo deseo!
VOZ: Pues ¿a qué esperas? No hay arma más poderosa que una convicción firme. Deslízate rápida como el aire que nos preña de susurros y lamentos. Rompe con esa daga esta noche infinita. Aparta esa piedra que impide que en tu vientre surja la vida. Mata a tu esposo, ya lo has decidido.
REINA: Que así sea.
Suenan los tañidos de las campanas. La luz azulada disminuye de intensidad hasta traer el oscuro sobre toda la escena.
FIN DEL PRIMER ACTO

SEGUNDO ACTO
Una música triste llena el espacio que permanece oscuro. El tañido de las tres campanas acompaña la melodía justo al final.
La luz comienza a hacerse fuerte, mostrando la silla ocupada por la Reina que mira sin ver. Justo a su derecha, de espaldas al público y casi en el fondo de la escena, hay un hombre. Es el Rey. Viste una túnica de colores ocres. La Reina lleva el pelo suelt
o.
REINA: Cierra la ventana.
REY: ¿Por qué?
REINA: Porque puede que se cuele ese día que no existe. Y entonces es posible que recuerde.
REY: Mira, es una noche hermosa.
REINA: Quiero un rato de silencio. La cabeza me arde con los gritos de ese tumulto.
REY: Yo no escucho nada.
La Reina se levanta y se dirige hacia su izquierda. Toca uno de los pliegues de su túnica.
REINA: ¡Qué hermosa criatura que ilumina esta noche perpetua! –Le habla a la daga-.
REY: -Dirigiéndose hacia ella- ¿Qué dices?
REINA: Solo he recitado un pensamiento en alto. –Se lleva una mano al pecho. El Rey acude en su ayuda- Estoy bien, no te preocupes. Es esta noche que no cesa y me consume. Se me ha pegado como una segunda piel.
REY: Es noche. Hermosa noche. Noche que cobija a los amantes –el Rey abraza a la Reina y la acaricia. Sus manos recorren el cuerpo de la mujer con urgencia- Y nuestro lecho está vacío, reclamando nuestros cuerpos –besa su cuello.
REINA: Tan vacio como nuestro trono –las palabras de la Reina paralizan el deseo del Rey.
REY: Los tronos nunca permanecen vacios.
REINA: Pero yo soy su dueña y mi deber es otorgarle un heredero.
REY: ¡Por qué te torturas!- violento e indignado se levanta y se enfrenta a la Reina- Tú deseo es tan inútil como imposible –la mira unos instantes y se dispone a abandonar la escena. Pero la Reina lo retiene, abrazándolo por detrás.
REINA: ¡No! No te marches de mi lado, no te vayas una vez más, no me abandones en esta noche. ¡Quédate conmigo! –Le obliga a darse la vuelta- No volveré a hablar de ese trono huérfano. ¡Es esta noche que me oprime el pecho y no me deja pensar! ¡Arráncamela, te lo suplico!
REY: La noche dará paso al día. Así es siempre.
REINA: Pero hace tiempo que no sucede. Y esta noche se ha instalado en mi cuerpo robándome el recuerdo de los días.
REY: Silencio –Cierra la boca de la Reina con un beso dulce-. Es noche y el amor nos reclama. ¿Recuerdas? –El Rey se dirige a la silla y se sienta a la vez que invita a la Reina a sentarse sobre él- A los días les faltaba tiempo para amarnos. –Recorre con sus manos las piernas de la mujer-. Me dolía tu ausencia.
REINA: Y a mí me duele la tuya.
REY: No existía mayor enemigo que el sueño que nos separaba y cuando caía rendido en sus brazos no existía mayor victoria que soñarte.
REINA: Y aún soñándote me dolías.
REY: Aún recuerdo los besos furtivos, la luna de plata alumbrando nuestros cuerpos desnudos, fatigados de tanto deseo. El tímido susurro de los árboles en invierno que no osaban molestarnos cuándo nos pertenecíamos.
REINA: Cuando eras mío.
REY: Cuando eras mía.
REINA: ¿Aún me amas?
REY: Nunca he dejarlo de hacerlo.
REINA: ¿Aunque ya no compartas mi lecho?
REY: Las distancias a veces son necesarias. Para que no me duela verte.
REINA: ¿Aún me amas?
REY: Si. Aunque amarte sea inútil.
REINA: -Se separa del Rey y vuele a tocar un pliegue de su túnica- ¡Ay, criatura hermosa que rasgas la noche! No serás caricia muda en el cuello de mi rey ¿lo has oído? Él me ama.
REY: -Acercándose- Te amo.
REINA: -Volviendo en sí y respondiendo al Rey- Entonces, ¡ayúdame a librarme de esta noche! Ha tomado mi pecho y no se va. ¡Libérame de esta noche! Corramos libres, por las praderas. Invadamos el aire con nuestro aroma, rompamos esta noche que amenaza con ser infinita. –Su voz se llena de alegría- Festejemos nuestro amor a cada paso –llena la cara del Rey de besos y le toma de la mano.
REY: ¡Espera! –Sonríe y frena la huida de la Reina- Es noche. –La Reina se frena.
REINA: ¡Siempre es noche! Pero los juncos de la ribera llevan siglos esperándonos. ¡Volvamos! Este lugar me asfixia.
REY: ¡No seas impaciente! El día siempre sucede a la noche.
REINA: Hace tiempo que eso no ocurre. Y ese trono me encadena. Suena intenso el tañido de las tres campanas. La reina se paraliza. Cae al suelo petrificada y solloza. ¡No! –Se tapa los oídos.- ¡Haz que cese ese ruido!
REY: ¡Yo no oigo nada! –se acerca a la Reina.
REINA: ¡Tú nunca escuchas! –Se pone en pie y se miran durante unos instantes- Se ha perdido nuestra ribera y los juncos escupen plegarias a causa de nuestra ausencia. Se nos ha perdido esa luna que plateaba nuestros cuerpos desnudos. Pero tú no oyes porque nunca escuchas.
REY: Y sigo amándote, aunque sea una causa inútil. Aunque sea una batalla perdida, aunque mirándote…
LOS DOS: …no te vea.
Vuelve a sonar el tañido de las tres campanas. Se hace el oscuro en la escena y un foco ilumina a la Reina que acaricia el pliegue de su túnica.
REINA: Tu filo rasgará esta noche perpetua –saca de su túnica la daga- y acaso de esta manera podré encontrar esa ribera que se me ha perdido. Y la luna plateará mi piel desnuda. –Suena el tañido de las tres campanas de fondo, mientras el escenario permanece a oscuras-. Y ya no escucharé el tañido de esas campanas, que son gritos.
REY: -A oscuras- ¡No te veo!
REINA: Es esta noche la que te impide ver, pero yo voy a librarte de ella. –Alza la daga-
REY: ¡Ya no te veo!
REINA: No temas. Voy a llevarte de vuelta a esa ribera y los juncos susurrarán tu nombre para llevarlo junto a los dioses. Y la luna plateará tu cuerpo infinito. Y serás plegaria que se recite los días de fiesta. Y te demostraré que amarme jamás fue una batalla perdida –Alza la daga y se coloca tras el Rey. El escenario sigue a oscuras-.
REY: ¿Eres tú?
REINA: Recibe esta caricia muda para liberarte, mi amor –solloza- ¡y corramos libres!
REY: ¡No! –el grito se interrumpe y el escenario se invade del ruido que produce su cuerpo cayendo al suelo. La escena se ilumina de repente y cesa el tañido de las campanas. Las tres mujeres de granate toman la escena, aproximándose y rodeando el cuerpo sin vida del Rey. La Reina se adelanta y queda en primer término.
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: ¡Así sea!
MUJER GRANATE 1: Ya despunta la aurora en esta noche infinita.
MUJER GRANATE 2: Ya no doblan las campanas.
MUJER GRANATE 3: Ya se dispersa el ejército enemigo tras las murallas.
REINA: Y creo que los juncos de esa ribera que hemos perdido, me están llamando.
MUJER GRANATE 2: ¡Corre ágil a su orilla!
MUJER GRANATE 3: ¡Sumérgete en las aguas que todo lo purifican!
MUJER GRANATE 1: Incluso los crímenes más indecentes.
TODAS MUJERES DE GRANATE: ¡Vuela!
MUJER GRANATE 3: Las aguas sepultarán este secreto y darán cobijo a esta daga –toma la mano inerte de la Reina- que está manchada de culpa.
REINA: ¡Hermosa criatura que has rasgado la noche! ¡Caricia muda que me has liberado!
MUJER GRANATE 2: Ya no repican las campanas.
MUJER GRANATE 1: ¡Corre, llena de plata de luna! ¡Corre a esa ribera que es tuya!
MUJER GRANATE 3: Cuando regreses será día claro. Nosotras nos llevaremos el cuerpo de este Rey estéril y lo sepultaremos lejos de tu memoria.
TODAS MUJERES DE GRANATE: Para que no lo recuerdes.
La Reina se separa de las mujeres de granate y se sienta en su trono. Sostiene la daga llena de sangre.
REINA: ¡Ya no brilla tu filo! Se ha llenado de mis desgracias y ya no es luz en esta noche infinita.
MUJER GRANATE 2: ¿A qué la necesitas? Ya cumplió su cometido. Te la liberado, nos ha liberado, ha liberado al pueblo.
MUJER GRANATE 3: Corre a tu ribera y sepúltala en las aguas. Que la corriente se lleve el secreto.
MUJER GRANATE 1: ¡Vamos! ¿A qué esperas?
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: ¡Corre!
REINA: ¡Estoy cansada! Este olor a sangre me pesa. ¡Es este silencio que se me cuela y me rompe el alma! ¡Sacádmelo de dentro!
MUJER GRANATE 1: -Riéndose- ¿No escuchas el trino que preludia el día?
MUJER GRANATE 3: ¿Ni los susurros de la noche que se evapora?
REINA: ¡Yo no oigo nada!
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: ¡Escucha!
REINA: ¡El silencio no me deja! ¡Quitádmelo de encima! ¡Me está ardiendo el cuerpo!
Las mujeres de granate de adelantan, dejando tras de sí a la Reina en el trono.
MUJER GRANATE 2: Pronto esta noche se invadirá de luz.
MUJER GRANATE 1: Y las campanas anunciarán que el rey ha muerto.
MUJER GRANATE 3: Su crimen debe quedar oculto.
TODAS MUJERES DE GRANATE: ¡Así sea!
MUJER GRANATE 3: ¡Sacadla de aquí! Yo ocultaré su crimen y lo poco que queda de noche me servirá de escudo.
Las mujeres de granate 1 y 2 se acercan a la Reina y la levantan del trono.
REINA: ¡Quitádmelo de encima! ¡Este silencio devora mis entrañas! –grita-.
MUJER GRANATE 2: Vamos a lavarlo al río.
MUJER GRANATE 1: El agua se lo llevará para siempre.
REINA: -Se marcha con las mujeres de granate 1 y 2- Nunca amarme fue una derrota. ¡Nunca!. Voy a encontrarme con esta ribera que perdí hace tiempo. La luna plateará mi cuerpo desnudo, mientras me baño en las aguas de ese río que todo lo purifica. Y ya no volverán a sonar esas campanas, esas campanas que se rompen como gritos –Abandonan la escena las mujeres de granate 1 y 2 y la reina.
MUJER GRANATE 3: -Se acerca al cuerpo inerte del rey- Rey inútil, rey vacio, rey ausente, rey muerto. Voy a darte sepultura y te convertirás en un secreto. Puede que los juncos reciten tu nombre, pero nadie los escucha.-Se ríe- La mujer comienza a irse arrastrando el cuerpo del Rey. La luz se apaga y se enciende a la vez que suena una música de percusión y palmas. Varias campanadas ponen fin a la música. La luz se apaga definitivamente.
FIN DEL SEGUNDO ACTO

TERCER ACTO
El escenario está a oscuras.
REINA Y VOZ: Silencio. Silencio. Silencio.
VOZ: ¡Shhhhhh!
Se hace luz. Una luz azulada que invade la escena poco a poco. En ella están la Reina y tras ella la Voz. Las tres mujeres de granate vuelven a rodear a la Reina y a la Voz. Permanecen inmóviles. La Reina viste de blanco, la voz continua con su túnica negra. El trono está ahora justo detrás de ellas, a su derecha.
MUJER GRANATE 3: Silencio sucio. Pero no temas, mujer. Ya es día.
REINA: Voy a mirar por la ventana.
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: ¡No!
MUJER GRANATE 2: Es día y eso basta.
REINA: Huelo a sangre.
MUJER GRANATE 3: Hueles a jazmín.
MUJER GRANATE 1: Ya no suenan las campanas.
MUJER GRANATE 2: Y ese trono está ansioso de dueño.
VOZ: ¡Fuera! – Da un grito y se pone justo delante de la Reina- Me enferma el hedor que despedís.
Las mujeres de granate salen corriendo de escena, moviendo los brazos como si fuesen pájaros sorprendidos por un ruido. Una vez dentro, se dispersarán por la sala y a partir de este instante sus voces sonarán como un coro disperso por todo el teatro.
VOZ: No soporto sus plañidos cargados de miseria. –Se vuelve y se enfrenta a la Reina, la rodea mientras la interroga con la mirada y las palabras- ¿y tu luto?
REINA: ¿Qué luto?
VOZ: El rey ha muerto, reina. Debes vestirte de noche.
REINA: ¡Noche! ¿Ha sido noche alguna vez? Esta luz que me llena me impide recordar. Me parece que nunca ha sido noche.
VOZ: Hubo un tiempo en que no existían los días. ¿Recuerdas?
REINA: No –confusa-.
VOZ: Una noche eterna cubierta del tañido de tres campanas. Una, dos y tres. Uno, dos y tres. Tres. Tres campanas, como tres sentencias. ¿Recuerdas?
REINA: No… -dubitativa-.
VOZ: Y tras estas murallas el rumor de una muchedumbre que exigía este trono yerto ¿Recuerdas?
REINA: … no, no, ¡no!
La Voz va asediando a la Reina que durante todo este diálogo hace gestos de sentirse acosada.
VOZ: ¿Y el rumor de los juncos?
REINA: ¡No!
VOZ: El olor a hierba fresca y la luna descarada plateando los cuerpos desnudos tras la batalla del amor. ¿Nada?
REINA: Me confundes con otra.
VOZ: Te confundes con otra.
REINA: No soporto tu voz, quiero irme de aquí.
VOZ: -La sujeta- ¡No puedes, te ata este trono! Tú eres su reina.
REINA: Reina enjaulada en un país de bestias –parece recordar mientras dice esta frase y se mira las manos. La voz se acerca y le muestra una daga-.
VOZ: ¿Buscas esto?
REINA: ¡Eso no es mío! –se retira nerviosa.
VOZ: ¡Hermosa criatura que refulge partiendo la noche! Te pertenece como este trono. Sabe regalar caricias mudas. Guárdala, te hará falta.
REINA: ¿Qué dices? ¡Quiero irme!
VOZ: ¡No seas insensata! ¡Guárdala! La rescaté para ti, pues la habías dejado prisionera de las aguas. Ahora no brilla, pues está cubierta por la culpa. Pero a medida que la invada el olvido volverá a recuperar su luz. No te preocupes.
REINA: -Alzando la daga y tratando de clavársela a la voz- ¡Voy a liberarme!
VOZ: -Para la embestida y sujeta la mano de la Reina contra su espalda- Quieta, mi reina. ¿No querrás hacernos daño? Hemos sobrevivido a todas las batallas y hemos ganado todas las guerras. Guarda esta daga, quizás nos haga falta una quinta vez.
REINA: ¿Quinta?
Vuelven a sonar las campanas. Esta vez son cuatro.
VOZ: Una, dos, tres y cuatro. Uno, dos, tres, cuatro. Cuatro veces rompió esta daga las brumas de la noche. Cuatro veces volvió a ofrecernos un poco de luz en esa noche que no cesaba de manar.
REINA: ¡Mis manos están cubiertas de sangre! –se mira las manos y trata de limpiárselas-.
VOZ: -La voz le tapa la boca- ¡Silencio, reina! Tus manos han librado cuatro batallas y las cuatro veces tus manos han vencido.
REINA: ¡Déjame, te lo suplico! O al menos deja que abra esa ventana. Aquí no hay aire, me asfixio.
VOZ: Si la abres, ya no podrás cerrarla. Y tendrás que escuchar lo que dice esa muchedumbre emponzoñada de mentiras.
REINA: ¡Quiero oír! Las campanas no me dejan escuchar lo que dicen.
VOZ: ¿Y si lo que oyes, no te gusta?
REINA: ¡No! ¡Quiero irme, déjame en paz! –empuja a la voz y se libera de ella.
VOZ: ¡No lo hagas! ¡No abras esa ventana! Si la abres, recordarás porqué la cerraste.
REINA: No puedes impedírmelo –la contundencia de la Reina, frena a la voz. Se miran durante unos instantes.
VOZ: ¡Tú lo has querido!
TODAS LAS MUJERES DE GRANATE: Sea. –Se escuchan sus voces dispersas por el teatro-.
Se hace el oscuro. Se escucha el tañido de las cuatro campanas y el quejido de un violín que desgrana la luz. Cuando la escena vuelve a iluminarse, la Reina está sentada en la silla, totalmente inerte, ida. Junto a ella hay dos hombres que la observan. Van vestidos de manera actual.
HOMBRE 1: Puede explicarle el caso a sus compañeras. Proceda –mira la mujer 1 y le cede la palabra-.
MUJER 1: La paciente tiene treintaiocho años. Lleva ingresada en el centro cuatro años y medio. –Toma la mano de la Reina, totalmente inerte y controla su pulso-.
MUJER 2: ¿Nunca habla?
HOMBRE 1: Jamás ha emitido una sola palabra desde aquella noche.
MUJER 3: Pero…¿llegó a ser juzgada?
HOMBRE 1: ¿En estas condiciones?
MUJER 1: Bueno, el juicio se llevó a cabo, desde luego… pero estaba claro que su mente ya no estaba conectada con la realidad cuando cometió los asesinatos.
MUJER 2: Comprendo.
MUJER 3: El crimen de los niños debió perturbarla por completo.
HOMBRE 1: Sin duda ya estaba perturbada cuando los mató.
MUJER 2: ¡Imagínense el calvario de ese pobre hombre!
MUJER 1: Debía quererla mucho para tapar de esa forma el crimen de sus tres hijos. Ya es triste que tu esposa mate a tus hijos, pero ocultar semejante hecho debió ser muy doloroso.
MUJER 2: ¿Quién encontró a los niños?
MUJER 1: Fue un vecino. El mismo que la encontró vagando por la calle la misma noche en la que mató a su esposo. Iba desnuda, decía que llevaba el cuerpo cubierto de plata de luna. El pobre hombre la tapó como buenamente pudo y la llevó a su casa.
MUJER 3: Ya.
HOMBRE 1: Esa fue la única vez que la escuché hablar. Yo estaba de guardia y me llamaron de inmediato. Hablaba sin ninguna coherencia pero ciertos datos nos hicieron sospechar. No dejaba de mencionar la ribera del río y el secreto que custodiaban los juncos. Fue allí donde hallaron a las tres criaturas.
MUJER 2: Comprendo.
MUJER 1: Tres niños. Los tres varones. Tenían dos, tres y cinco años. Les cortó el cuello al igual que luego hizo con su esposo. A él lo encontró la policía junto a la casa tras los contenedores de basura.
MUJER 3: ¡Por dios!
MUJER 1: Si. Un crimen abominable. A saber que pasó por su perturbada mente para cometerlo. Hablaba de liberación, de un trono desierto, de un marido estéril… Ardía en fiebre cuando la encontraron y lo único que pedía de manera coherente, era que su vientre volviese a engendrar vida…
MUJER 2: Ya.
HOMBRE 1: Eso y que parasen el tañido de las campanas. Cuatro campanas, decía. Cuatro sentencias. Estuve hablando con ella toda la noche. Toda. Le pregunté por sus tres hijos, pero ella negaba que hubiese sido madre alguna vez.
MUJER 3: Un escudo de su mente incapaz de asimilar el crimen.
HOMBRE 1: Probablemente. Cuando le pregunté por su esposo dijo que lo había matado porque era incapaz de darle descendencia.
MUJER 2: ¿Esquizofrenia?
HOMBRE 1: No lo tengo claro. Quizás ustedes puedan arrojar un poco de luz al caso. Parecía vivir una realidad paralela. Ya les digo, hablaba de tronos, castillos, murallas… imposible hacer conjeturas con semejante información.
MUJER 2: Interesante. Sus constantes vitales parecen buenas.
MUJER 1: Sin duda. Se conserva en una extraordinaria forma física. Su palidez no es debido a ninguna enfermedad, es que se niega a abandonar la habitación. Lleva recluida en ella estos cuatro años y medio.
MUJER 3: ¿Sin salir?
MUJER 1: Cada vez que intentamos sacarla a pasear entra en un estado de histeria totalmente incontrolable. Es como si la luz del sol la quemase.
MUJER 3: Se avergüenza de sus crímenes; la luz los evidencia más. No es la primera vez que lo veo.
HOMBRE 1: Puede ser.
MUJER 2: Eso demuestra que existe cierta noción de culpa y que puede que aún quede un resquicio de realidad en su mente.
HOMBRE 1: ¿Usted cree?
MUJER 2: Digo que es una posibilidad.
HOMBRE 1: Observe –se acercan a la mujer y observan sus pupilas- En estos cuatro años no he hallado evidencia ni rastro de razón. Es como si estuviese ausente. Como si en su cabeza se hubiese hecho la noche.
MUJER 2: Ya.
HOMBRE 1: Una noche completa.
MUJER 2: Es posible, pero ya sabe lo que dicen después de la noche siempre llega el día.