Una forma diferente de mirar el mundo...

Cerramos con postigos las ventanas de nuestras mentes.
Encerramos y sometimos a los pensamientos de mil formas diferentes.
Y ellos encontraron una alternativa para brotar libres.-

martes, 30 de noviembre de 2010

AMOR

Es el próximo monólogo que vamos a trabajar en el taller de teatro.
En la vida hay dos opciones: ser fuertes y exponer nuestros sentimientos o callarnos y que éstos se consuman y mueran.


No dejo tu cuerpo.
No voy a dejar tu cuerpo. Cavo. Una fosa, en este suelo duro. Busco, algo para ayudarme. Con las manos es difícil. Me duele todo el cuerpo.
Pero no voy a dejar tu cuerpo. Lo destrozarían los animales. Lo arrasarían los elementos. No quiero dejarlo. Sé que falto a ese deber que es sagrado. Sé que falto al deber más sagrado. Pero no voy a dejarlo. Cavo. El calor hace que me escuezan las heridas. La sangre se seca en mi piel. Y sigo cavando. No pienso dejarte aquí.
Recuerdos. Debo apartarlos. Cavo. Mis manos cavan tu tumba. Tu cuerpo a mi lado lleno de heridas. La sangre no mana. Tu rostro destrozado. Maldigo la piedra que te ha matado. Voy a recordarte como siempre. Tu cuerpo perfecto. Lo admiré en la lucha cuando nos entrenábamos. Tu cuerpo regalo de los dioses. Sentí unan punzada el día de tu matrimonio, el día en que te dieron a él. Pero así lo dice el código. Tu cuerpo perfecto se convirtió en casa de hombres. Hombres perfectos para Esparta. Y ahora cavo tu tumba. La tumba que no cavé para mis hijos, aquellos que murieron por la gloria de Esparta.
Sigo cavando. El calor me abrasa. El sudor resbala y me cubre los ojos esta masa de sangre y barro. Habría de dejarte para proteger el anuncio que he de llevar a la ciudad. Pero no puedo soportar esa idea. No voy a dejar que destrocen más tu cuerpo. Voy a darte una nueva casa. A cubrirte, a encerrarte. Y los dioses te recibirán. Y llevaré las noticias a la ciudad, pero eso será luego. Primero tú, luego Esparta. Me da igual sufrir el castigo por mi atrevimiento. Primero tú. Esparta la ciudad sin murallas no se resentirá por mi afrenta. Da igual que sepan que nos acechan un momento antes o uno después.
Ya está. He terminado. Me tiemblan las manos. El corazón se me acelera cuando cojo tu cuerpo roto. No veo tu cara. Trato de limpiarla, pero no consigo verla. Voy a recordarte como siempre. Perfecta. Te dejo en tu lecho. Y siento una punzada que me hace caer al suelo. Fuimos entrenadas en la lucha, como los hombres. Pero nadie nos preparó para esto. No así. Nos prepararon para parir hijos perfectos. Para rechazar a los que no lo eran. Oír el lamento de la criatura imperfecta cayendo al abismo del Taigeto. No hay mayor fuerza en un hombre. Un hombre no se altera en ese lamento que se queda en tu memoria y congela todo tu cuerpo. Que ha albergado y parido a esa criatura que arrojan desde las alturas del Taigeto. Maldito monte. Maldito por siempre.
Y cuando has parido tus hijos se los das a Esparta. Y son espartanos. Y luego se pierden. Se hacen guerreros por la causa de Esparta. Y luchan. Y vencen o mueren. Pero eso ya no te causa la punzada en el corazón que te arranca el alarido de la criatura arrojada al vacío. O la que me causa tu cuerpo, en tu lecho. El cuerpo que ahora voy a cubrir de tierra. Para protegerlo. Primero tú, siempre.
Nos dejan entrenar nuestros cuerpos perfectos en la lucha. Como hombres. Pero no nos dejan luchar. Nadie nos preparó para esto. Nosotras éramos dos. Ellos cinco. No me importa de dónde eran. Contaré detalle por detalle todo lo que oí y todo lo que ví. Pero no la punzada que me hace caer de rodillas al enterrar tu cuerpo. Y luchamos, como espartanas. No en vano nos temen en toda Grecia. Y luchamos como animales. Ellos eran cinco, nosotras dos. Acabé con el último retorciendo su cuello. Y oí tu lamento. Ya era tarde. Tu vida se escapaba. Primero fuiste de un hombre, siempre de Esparta y ahora perteneces a los dioses. Y te vas sin saber que yo siempre fui tuya.

domingo, 28 de noviembre de 2010

NUEVAS PELÍCULAS ROMÁNTICAS

Gracias a vuestras aportaciones, incorporo a lista las siguientes sugerencias....

- Los puentes de Madison
NO QUIERO NECESITARTE... PORQUE NO PUEDO TENERTE



- El velo pintado
A VECES EL VIAJE MÁS LARGO ES LA DISTANCIA ENTRE DOS PERSONAS...



- Antes del atardecer
RECUERDO AQUELLA NOCHE MEJOR QUE ALUNOS AÑOS DE MI VIDA



- El Diario de Noa
"¿Has amado alguna vez a alguien hasta llegar a sentir que ya no existes? ¿Hasta el punto en el que ya no te importa lo que pase? ¿Hasta el punto en el que estar con él ya es suficiente, cuando te mira y tu corazón se detiene por un instante? Yo sí... "



- Dracula (Bram Stoker)
TE AMO DEMASIADO PARA CONDENARTE

sábado, 27 de noviembre de 2010

25 MEJORES PELÍCULAS ROMÁNTICAS DE LA HISTORIA DEL CINE (AMERICANAS)

Estas son las 25 mejores películas románticas según el AFI. Seguro que faltan muchas!

1. Casablanca 1942 (castellano)
SIEMPRE NOS QUEDARÁ PARÍS


2. Lo Que El Viento Se Llevó (Gone With The Wind) 1939 (castellano)
REALMENTE MAÑANA SERÁ OTRO DÍA


3. West Side Story 1961 (castellano)
AHORA TAMBIÉN PUEDO MATAR PORQUE HE APRENDIDO A ODIAR


4. Vacaciones En Roma (Roman Holiday) 1953 (castellano)
NO HE ESTADO NUNCA A SOLAS CON UN HOMBRE NI SIQUIERA VESTIDA. EN ROPA INTERIOR ES AÚN MÁS EXTRAÑO.


5. Algo Para Recordar (An Affair To Remember) 1957 (castellano)
¿CREE QUE EXISTE ALGUIEN DE QUIEN USTED SE PUEDA ENAMORAR?


6. Tal Como Éramos (The Way We Were) 1973 (inglés)
7. Doctor Zhivago 1965 (castellano)
8. Que Bello Es Vivir (It's A Wonderful Life 1946) (castellano)
9. Love Story 1970 (castellano)
10. Luces De Ciudad (City Lights) 1931 (castellano)
11. Annie Hall 1977 (castellano)
12. My Fair Lady 1964 (castellano)
13. Memorias De Africa (Out Of Africa) 1985 (castellano)
CUANDO LOS DIOSES QUIEREN CASTIGARNOS ATIENDEN NUESTRAS PLEGARIAS.


14. La Reina De África (The African Queen) 1951 (castellano)
15. Cumbres Borrascosas (WUTHERING HEIGHTS) 1939 (castellano)
16. Cantando Bajo La Lluvia (Singin' In The Rain) 1952 (castellano)
17. Hechizo De Luna (Moonstruck) 1987 (castellano)
18. Vertigo 1958 (castellano)

19. Ghost 1990 (castellano)
NO TE IMAGINAS CUANTO AMOR ME LLEVO


20. De Aquí A La Eternidad (From Here To Eternity) 1953 (castellano)
21. Pretty Woman 1990 (castellano)
QUIERO EL CUENTO DE HADAS


22. En El Estanque Dorado (On Golden Pond) 1981 (castellano)
23. La Extraña Pasajera (Now, Voyager) 1942 (castellano)
24. King Kong 1933 (castellano)
25. Cuando Harry Encontró A Sally (When Harry Met Sally) 1989 (castellano)
"Te quiero cuando tienes frío estando a 21º, te quiero cuando tardas una hora para pedir un bocadillo, adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco, te quiero cuando después de pasar el día contigo mi ropa huele a tu perfume y quiero que seas tú la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches.
Y eso no es porque esté solo ni tampoco porque sea nochevieja. He venido aquí esta noche porque cuando te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con alguien deseas que el resto de tu vida empiece lo antes posible."


jueves, 25 de noviembre de 2010

¿DÓNDE VIVES?

El escenario está a oscuras. Hay una mesa y dos sillas. Una botella de vino y un par de vasos. Dos sillas. La luz comienza a iluminar muy tenuemente la escena. Suenan los acordes de una canción. En las sillas hay sentadas dos mujeres; van mal vestidas, sucias, su cara denota que son drogadictas. Una de ellas tiene la cara amoratada y los brazos también. La otra bebe del vaso de vino…
- MUJER 1 (la que bebe del vaso): Joder tía, te ha dejao la cara hecha un cristo…
- MUJER 2: Ya, pero no me ha roto nada.
- MUJER 1: ¿Has ido a urgencias?
- MUJER 2: ¡Qué va! –está nerviosa- ya te digo que no tengo nada roto, eso se nota. Hace un par de meses el Chico me metió una paliza y me rompió dos o tres costillas. No me acuerdo. ¡Ah, sí! Y el brazo. Desde entonces no lo muevo igual.
- MUJER 1: Ya. ¿Te ha pegao él?
- MUJER 2: No, ¡qué va! Llevo una semana sin verlo, creo. ¡Joder, la puta! Necesito meterme algo, tía.
- MUJER 1: Ya. A mí no me mires, no tengo nada. Bebe, así entras en calor.
- MUJER 2: Eso es una mierda. Pero echa, anda. –La mujer 1 le sirve vino- ¡Maldito cabrón! ¡Cómo me lo encuentre lo mato!
- MUJER 1: ¿A quién?
- MUJER 2: Al que me ha dejao así, joder. Pareces tonta, no te enteras de nada.
- MUJER 1: Ya.
- MUJER 2: Lo malo es que no lo conozco de nada. El hijo de puta venía de algún autobús, me acerqué y nos fuimos a los servicios de la estación. Me dijo que se la chupara y me dio 20 euros. Pero después de correrse el hijo de la gran puta me quitó el dinero y me hizo esto…
- MUJER 1: Ya. Seguro que no es la primera vez que te pasa.
- MUJER 2: -se queda en silencio durante unos segundos- No. ¡Mierda, necesito meterme algo! –cada vez está más nerviosa y los movimientos son incontrolados.
- MUJER 1: Bebe.
- MUJER 2: ¡Si al menos me hubiese dejao el dinero! Hijo de puta.
- MUJER 1: Ya. A algunos les gusta pegar. Yo conocía a uno que no se ponía si no me pegaba…
- MUJER 2: Pero a mí me ha jodido bien jodida. No he trabajado en todo el día.
- MUJER 1: Ya.
- MUJER 2: Y no es por la cara. La cara les da igual, se la suda. Por la mañana me he metido con uno en el coche pero cuando iba a empezar le he vomitado encima. He echado hasta la primera papilla –se ríe-
- MUJER 1: Ya.
- MUJER 2: ¡Tenías que ver la cara del gilipollas! El desgraciado me ha pegao un par de patadas y me ha dejado allí tirada. Llevo todo el día mal, creo que tengo fiebre, hecha polvo. ¿Tengo fiebre?- pasa el brazo por encima de la mesa y trata de tocar a la otra mujer-.
- MUJER 1: Vete a casa, tía. Y deberías ir a urgencias, puede que tengas algo chungo y que te haya reventado por dentro.
- MUJER 2: Dejé de ir hace tiempo. Siempre lo mismo, no me gusta que me miren así.
- MUJER 1: ¿Así como?
- MUJER 2: Joder tía, pareces tonta, así, con esa cara. Con cara de asco. ¡Gilipollas!
- MUJER 1: Ya. Te entiendo. –Saca un cigarrillo y se lo enciende-
- MUJER 2: Dame uno.
- MUJER 1: Solo me queda este. También llevo un mal día. Lo poco que he sacado lo he gastado…
- MUJER 2: Ni me lo digas. ¡Joder tía, estoy fatal! Necesito meterme algo y no puedo ni levantarme…
- MUJER 1: Bebe, lo poco que me quedaba lo he gastado en esto. Venga, compartimos el cigarro.
- MUJER 2: -inhalando el humo- gracias tía.
- MUJER 1: ¿Dónde vives?
- MUJER 2: En ningún sitio.
- MUJER 1: Ya.
- MUJER 2: Tenía una habitación con el Chico pero como no aparece, yo no puedo entrar. ¡Menudo cabrón!
- MUJER 1: ¿Lleváis mucho juntos?
- MUJER 2: Si. Somos socios ¿sabes? Él saca de aquí y de allí. De aparcar coches y eso. Él me metió en esto. Me dijo: nena, ¿quieres que te diga cómo se consigue dinero fácil?. Y me lo dijo. Y tenía razón. –la otra le quita el cigarro, ella coge el vaso- ¿Y tú?
- MUJER 1: Qué.
- MUJER 2: ¿Cómo te metiste en esta mierda?
- MUJER 1: Cosas que pasan. Joder tía, estás muy pálida, creo que te llevo a algún lado, a que te miren. Para mí que tienes algo chungo.
- MUJER 2: Mira, habló la doctora. Me cago en la puta –gime mientras se lleva las manos al estómago- ¡Joder!
- MUJER 1: Venga vamos –se levanta, pero la Mujer 2 sujeta su brazo y hace que vuelva a sentarse-.
- MUJER 2: Siéntate, todavía no has terminado el vaso.
- MUJER 1: No importa.
- MUJER 2: Cuéntame tu historia.
- MUJER 1: No hay mucho que contar.
- MUJER 2: No seas cabrona, te he contestado todo lo que me has preguntado. Habla. Ni siquiera me has dicho dónde vives.
- MUJER 1: -Se sienta, muy despacio. Se queda mirando muy fija, al público- Una vez tuve una vida normal –se ríe-
- MUJER 2: Ya, como todas.
- MUJER 1: Recuerdo que hablaba sola e inventaba amigos. Me inventaba un mundo mágico a mí alrededor. Y recuerdo la puerta de casa abriéndose, el miedo, los juegos interrumpidos, la ansiedad, los gritos y su voz. Su voz, grave, seria, sin emoción. Su voz llamándome por mi nombre: “Ven a mi cuarto”. Y en ese mismo momento el barco pirata que mis hermanos y yo habíamos hecho en una de nuestras camas, se hundía en un océano de aguas negras. – la luz tenue que ilumina a las dos mujeres, se va oscureciendo y un foco ilumina a la Mujer 1- Y yo iba a su cuarto. Y él cerraba la puerta. No recuerdo los motivos. Pero recuerdo cada golpe que me dio, porque ha marcado mi alma con miles de cicatrices. – la mujer 1 se levanta- ¿Dónde vivo? En una habitación cerrada que es el muro de mi mente, la estrechez de mis emociones, el coto de mi alma rota en pedazos. Una habitación en la que resuena el eco de su voz: “¡levántate y dime como quieres el siguiente puñetazo! ¿de frente o de lado?”. Y el gemido de aquella niña, traspasa tiempo y espacio y se cuela en mi mente, muerta de miedo, desgarrada por el pánico, sufriendo los golpes y suplicando: “¡por favor papá, no me pegues más!”. Se me parte el alma cuando veo a aquella niña, pequeña, desvalida, sintiéndose nada, sintiéndose el ser más indefenso del mundo, necesitando el consuelo más que la comida. Me invade la impotencia porque no puedo recoger su cuerpo frágil, roto, no puedo enjugar sus lágrimas, calmar sus gritos, llevarme su miedo muy lejos y mantenerla a salvo. ¡No puedo!. ¿Alguien puede? –se vuelve y mira a la Mujer 2.- Y lo peor son las palabras que fragmentan tu mente, que la confunden, que le roban la seguridad de tu propia imagen. Sigues viviendo, haciendo barcos piratas, esperando que se abra la puerta, el siguiente golpe, la siguiente palabra. Vives alerta, como un animal. Un animal herido, dispuesto a encajar los golpes y tratar de caer de pie. Te agazapas, huyes, corres y te escondes en madrigueras imaginarias, corres hacia un bosque que no existe porque él siempre te encuentra. Eres esa presa fácil que corre en campo abierto. Siempre te dan caza. – la Mujer 1 se queda de pie un instante, luego se sienta. La luz tenue vuelve a “animar” la escena. Se sienta – Necesito meterme algo.
- MUJER 2: Ya, bienvenida al infierno. –se ríe- ¡Joder, mataría por fumarme un cigarrito entero! ¿Crees que ellos me darán uno? –la mujer 2 señala al público-
- MUJER 1: ¿Quién, esos? –la mujer 2 mira al público también.
- MUJER 2: Llevan mirando desde que entramos ¿tú crees que nos han escuchado?
- MUJER 1: No. Nunca escuchan.
- MUJER 2: Ya.
- MUJER 1: Nadie escucha.
La luz se desvanece mientras suenan los acordes de esta canción:



miércoles, 24 de noviembre de 2010

LA LUNA

- NARRADORA: Hace tiempo había un país dónde la noche se extendía oscura y el cielo era como un paño negro, pues la luna no salía nunca y ninguna estrella brillaba en las tinieblas. En la creación del mundo bastó la luz nocturna.
De aquel país partieron una vez cuatro mozos en peregrinación y llegaron a otro reino, donde por la noche, cuando el sol se escondía tras los montes, se veía sobre una encina una bola luminosa que expandía una luz suave. Se podía ver y diferenciar todo aunque no era tan brillante como la luz del sol. Los peregrinos se quedaron quietos y preguntaron a un campesino que pasaba por allí con su carruaje que clase de luz era aquélla.
- CAMPESINO: Es la luna. Nuestro alcalde la ha comprado por tres monedas de oro y la ha sujetado a la encina. Hay que echarle aceite diariamente y mantenerla limpia para que brille con claridad. A cambio le damos cada uno una moneda a la semana.
- NARRADORA: Cuando el campesino se hubo marchado, comentó uno de los peregrinos:
- PEREGRINO 1: Esta lámpara podría sernos de utilidad en casa. Tenemos también una encina, que es igual de grande, y podríamos colgarla en ella. ¡Qué alegría! Así de noche no tendríamos que andar a tientas.
- PEREGRINO 2: ¿Sabéis una cosa? Traeremos un carro y un caballo y nos llevaremos la luna. Ellos pueden comprarse otra.
- PEREGRINO 3: Yo sé trepar muy bien y la bajaré.
- NARRADORA: El cuarto trajo un carro y caballos, y el tercero se subió al árbol, hizo un agujero en la luna, pasó una cuerda por él y la bajó. Cuando la bola brillante estuvo en el carro, pusieron un trapo por encima, para que nadie se diera cuenta del robo. La llevaron felizmente a su país y la colocaron en la encina. Los viejos y los jóvenes se regocijaron, al ver cómo la nueva lámpara extendía su luz por todos los campos y llenaba las cámaras y las habitaciones. Los enanos salieron de las cuevas abiertas en las rocas y los pequeños gnomos bailaban en corro con sus chaquetas rojas en las praderas.
Los cuatro cuidaban la luna con aceite, le limpiaban el pabilo y recibían semanalmente su moneda. Pero los cuatro se hicieron ancianos, uno de ellos enfermó y viendo que la muerte se acercaba, ordenó que un cuarto de la luna que era de su propiedad, fuera depositada en la tumba con él. Cuando murió, el alcalde subió al árbol y cortó con las tijeras un cuarto, que fue depositado en el ataúd. La luz de la luna menguó pero no de forma notable. Murió el segundo y le dieron el segundo cuarto, con lo que la luz aminoró. Aún se debilitó más con la muerte del tercero, que se llevó también su parte y cuando el cuarto fue conducido a la tumba, volvieron a aparecer las tinieblas. Si la gente iba sin linterna por la noche, chocaban unos con otros.
Pero al unirse las partes de la luna en el mundo subterráneo, sucedió que, allí donde habían dominado siempre la oscuridad, los muertos se pusieron intranquilos y se despertaron de su sueño. Se asombraron de volver a ver, la luz de la luna era suficiente, pues sus ojos se habían debilitado de tal manera que no podían soportar la luz del sol.
Se levantaron, se alegraron y retornaron a su antigua forma de vida. Una parte fue a jugar y bailar, otros se fueron a las posadas, donde pidieron vino, se emborracharon, se enfadaron y se pelearon. Finalmente sacaron sus porras y se golpearon. El ruido era cada vez mayor y llegó finalmente hasta el cielo.
San Pedro que cuidaba la puerta del cielo, creyó que el mundo subterráneo se había sublevado y llamó a sus ejércitos celestiales, advirtiéndoles que si el feroz enemigo y su banda intentaban atacar a la comunidad de los santos, repelieran el ataque. Pero, como no llegaron, se montó en su caballo y pasó por la puerta del cielo con dirección al mundo subterráneo. Entonces calmó a los muertos, los hizo meterse en sus tumbas, se llevó a la luna y la colgó en el cielo.
J. y W. Grimm